Hemos tenido que esperar 40 años para conocer al "primo de zumosol"

Han sido cuarenta años en los que solo los cauces vacíos y contaminados del río Tajo clamaban justicia, mientras los vecinos de los pueblos ribereños de su cuenca veían día a día degradarse el paisaje al tiempo que se sentían obligados a renunciar al disfrute de sus aguas, tanto para el regadío como para la industria e incluso el ocio.

Cuarenta años en los que ningún Gobierno central se ocupó más que de  aprobar trasvases en favor de Levante para el regadío de sus huertas, pero también de los regadíos ilícitos que iban proliferando como las infecciones. Cuarenta años en los que ningún político, salvo el PSOE de Castilla-La Mancha, alertaba de la cloaca exterior en que se estaba convirtiendo un río al que no solo privaban de su cauce natural, sino que quedaba convertido en el albañal de las zonas urbanas cauce abajo incluyendo la sobredosis aportada por la Comunidad de Madrid a la altura de Aranjuez, para pasear inundado de espumas por la ciudad imperial y cuajado de mosquitos por la de la cerámica, pero todo ello queda muy lejos de Murcia, Alicante o Almería.  

Han sido necesarios cuarenta años para que un Gobierno central cambie el criterio de concesión de los trasvases y lo coloque en el lugar del que nunca debió de moverse, es decir, solo cuando exista "necesidad real" dejando de ser autorización sistemática con el único objetivo de rellenar embalses, pantanos y balsas (legales e ilegales) de los regantes de levante, sometiendo al agua a un recorrido absurdo, para dejarlo dormido en lugares que no les corresponde y perdiendo en el camino y con la evaporación una considerable cantidad de riqueza que no tiene precio. 

La ministra Teresa Ribera ha recolocado el fiel de la balanza en su sitio concediendo un trasvase de agua "para boca", ya que los embalses murcianos disponen en estos momentos de la cantidad de agua necesaria para el regadío de sus tierras. Pero el presidente de Murcia no se conforma con la dosis necesaria, sino que quiere más. 

Durante cuarenta años hemos visto a los políticos del PSOE a nivel nacional, unas veces a favor y otras en contra del trasvase mientras que el PSOE de Castilla-La Mancha siempre se ha defendido el agua para su tierra. El mismo tiempo en que hemos visto como el PP, nacional y regional, ha defendido el trasvase y la cesión continua y constante de agua, en beneficio de la Región de Murcia. Sin importarles un ápice el resultado de tan descabellada situación, mientras los agricultores y empresarios castellano-manchegos clamaban justicia por el bien de la economía regional. Durante cuarenta años el PP ha dado prioridad a la única provincia que compone la región de Murcia en detrimento de las cinco que integran la de Castilla-La Mancha. 

Durante estos cuarenta años se han antepuesto los 11.313 kilómetros cuadrados de Murcia a los 79.463 de Castilla-La Mancha. ¿Para conseguir votos en las elecciones? Desde luego que no, porque en ese caso se hubiera dado prioridad a los 2.025.510 de castellano-manchegos frente a los 1.463.249 murcianos. Durante este tiempo se ha dado apoyo a los macro proyectos del ladrillo, turismo y agricultura de Levante, muchos de ellos hoy vinculados a sus tramas de corrupción, mientras se han olvidado de Castilla-La Mancha que multiplica por 7 a Murcia en extensión para la Agricultura robándole el agua de sus campos. 

Han tenido que pasar cuarenta años para que un presidente de Murcia, pida ayuda a su primo de zumosol y de esta manera, y por primera vez, hemos visto a un presidente del PP en plena campaña electoral andaluza, pidiendo explicaciones a la ministra por el último trasvase Tajo-Segura aprobado, mientras se llena la boca de mentiras. "La ministra de transición energética ha paralizado el Trasvase Tajo-Segura", cuando es evidente que no es así puesto que ahora mismo hay un trasvase en curso, eso sí, no de la cantidad que al PP le hubiera gustado, sino en cantidad y destino de justicia. Pablo Casado debería informarse mejor antes de hablar para no hacer afirmaciones del tipo de "Un trasvase se tiene que aprobar o derogar en el órgano legislativo correspondiente y con el acuerdo de las comunidades autónomas implicadas". El trasvase lo aprueba la Comisión de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Tajo, con el visto bueno, ante determinadas circunstancias, de la ministra correspondiente y durante los últimos años, ni siquiera se ha escuchado a Castilla-La Mancha, siendo la comunidad autónoma más implicada.  Que le pregunte a su amiga García Tejerina las veces que ha deslizado la pluma con su firma para seguir esquilmándole agua al Tajo, incluso cuando en la cabecera  ya solo quedaba lodo. En este caso sí se hacía "de manera unilateral y con excusas que no son objetivamente comprobables" que es precisamente lo que ahora reprocha Casado a Teresa Ribera.  Pero ahora queda objetivamente acreditado que las lluvias han dotado de la dosis de agua necesaria a los campos de Murcia, incluso ha arrasado cosechas y se teme por el exceso de humedad en otras, toda España lo ha visto en los telediarios.  

Más le valía al líder del PP exigir al Levante que dejen de contaminar las aguas. Que pongan en marcha las desaladoras y que cuiden los cauces del Júcar y del Segura, para dejar de perder agua por la contaminación de la misma. Que observe la arena de las playas en la desembocadura del Segura con una media de 3.200 fragmentos de plástico por metro cuadrado, que precisamente llegan hasta allí a través de los azarbes del sistema de riego tradicional. 

¿De verdad los agricultores de Levante son quienes más cuidan el agua? ¿Qué dice el PP de Castilla-La Mancha al respecto de todo esto? Esperemos que Casado no tenga la obediencia debida que tenía Cospedal, porque de ser así, ya sabemos que los políticos del PP de Castilla-La Mancha, seguirán guardando silencio, haciéndose cómplices con ello del  robo del agua de nuestra región.

elObservadorDCLM