Hay que parar a los ultras

Tras las elecciones andaluzas, a todos los partidos les ha tocado la lotería. Por la derecha y la ultra-derecha, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, parece que no ha sufrido una notable sangría de votos y que, por el contrario, ha ganado el gordo de la primitiva; Ciudadanos lanza cohetes por su avance meteórico y Vox confecciona ya planos para levantar los muros contra los inmigrantes, sentar a las mujeres otra vez en sus labores y presentarse a las elecciones en todas las comunidades autónomas, al tiempo que clama por acabar con las comunidades autónomas y, tiempo al tiempo, volver a un estado centralista ilegalizando la Constitución y al resto de los partidos políticos.

Parece una broma pero no tanto para quienes hemos visto El cuento de la criada. Igual que los nacionalistas y los populistas, los ultras -que son la peor mezcla de ambos-, necesitan ir subiendo el tono de sus desafíos para insuflar fuerza bruta a sus seguidores. 

Todas las fuerzas sociales, los intelectuales, los demócratas, debemos unir inteligencias para evitar que esta lepra continúe avanzando.

Por la izquierda, el PSOE y Podemos, la antigua Izquierda Unida, piensan precisamente que el avance de la ultraderecha va a actuar como un revulsivo para que vuelvan a las urnas millones de desencantados que se quedaban en casa y han sido –los abstencionistas- el partido más respaldado en Andalucía. Hay trabajo por delante.

Los próximos días asistiremos a movimientos que irán definiendo el futuro de España y de comunidades como la nuestra, Castilla-La Mancha. Esperamos que el objetivo sea construir, crear una sociedad más justa, más inteligente, más solidaria y más igualitaria.

DCLM