El caso de García-Page

Ya he dado mi visión sobre el hartazgo de la política de muchos ciudadanos que tiene que ver con la visibilidad de un enfrentamiento permanente y las estrategias políticas del momento, por encima de la preocupación real de nuestros problemas. Hay excepciones. Además de llevar muchos años en política lo que significa ya también mucha experiencia, el presidente de Castilla-La Mancha parece ser una rara excepción ya que en contadas ocasiones se dedica a atacar o a insultar al contrario, mucho menos en todo caso de lo que le atacan y le insultan a él. Page va a lo suyo que es cada día aplicar los presupuestos de la región para mejorar en lo posible la situación de cada colectivo. Claro que siempre habrá descontentos porque quien administra debe priorizar o la hace según su ideología, según su criterio que en el caso de Page es más social que el de su predecesora el  cargo, la que nunca fue nombrada presidenta de honor del PP de Castilla-La Mancha según estaba previsto por aclamación.

He escrito en otras ocasiones sobre la principal cualidad del presidente de la región que es la asertividad, algo que se define como “una forma de comunicación que consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás pero sobretodo respetando tus propias necesidades”.

Parece que le define bien, porque Page se defiende de los insultos defendiendo a Castilla-La Mancha de forma clara y a la vez contundente.

Estas cualidades deberían extenderse a otros líderes políticos si quieren que los votantes salgan de casa y no solo los más exaltados por la llamada de ultras y populistas.

elObservadorDCLM