¿Cómo felicitarán este año los políticos la Navidad?

Si comparamos las navidades pasadas con las presentes el paisaje parece muy diferente. Los políticos del panorama nacional de 2017 eran casi los mismos que los de este año aunque con algunos matices. Todos ellos felicitaron la navidad desde sus cuentas en las redes sociales, salvo alguien que tuvo un lapsus de memoria. 

Mariano Rajoy felicitaba las navidades el año pasado desde Moncloa, hoy desde su notaría ya ubicado en la aparente normalidad de su vida. Deseaba una entrañable Nochebuena con "un recuerdo muy especial para quienes aún no la pueden celebrar como merecen". Es posible que a estas alturas del 2018,  existan más personas que la puedan celebrar, sobre todo teniendo en cuenta que llegó el final de los recortes a las clases más desfavorecidas, o tal vez era un deseo a sí mismo dentro de la añoranza de volver a la normalidad, para dejar a un lado corruptelas, juicios, Villarejos y Cospedales.  

Pedro Sánchez luchador y ganador de causas perdidas, felicitaba en 2017 la Navidad "Con la esperanza puesta en un país mejor". Serán dispares las opiniones teniendo en cuenta el color político de los receptores del mensaje, pero seguramente su deseo se vio cumplido para aquellos con quienes comparte ideología y color político, con la sola excepción de Andalucía, donde el batacazo electoral reciente tiene otro tinte no extrapolable al resto de la geografía nacional. El caso es que este año Pedro Sánchez no enviará la felicitación de navidad como jefe de la oposición desde su domicilio particular, sino como presidente del Gobierno desde Moncloa. 

Pablo Iglesias haciendo acopio de originalidad y sentado en una escalera, esta vez sin tronco ni chimenea, en 2017 decía: "Como la Navidad va de abrazos, yo quiero mandaros uno". Mensaje escueto de texto que complementaba con un audio en el que desgranaba  uno a uno a todos los destinatarios. Su liderazgo tuvo un golpe importante como consecuencia de la compra de una vivienda y su madurez política le obligó a respetar los turnos de silencio necesarios en las reflexiones personales. Este año nos felicitará las fiestas seguramente desde su nuevo chalé, criticado hasta la saciedad por aquellos a quienes el propio Iglesias había criticado previamente. 

Albert Rivera deseaba "que lo más importante esté por delante de lo urgente, por lo menos en estos días". Toda una paradoja, porque si es urgente es porque es importante, de lo contrario pierde la calidad de urgencia. Es una de esas frases que semánticamente quedan muy bien pero que la realidad cotidiana hace que se pongan en entredicho los raseros de algunos políticos, porque lo que es urgente, es urgente porque es importante y además corre prisa. Este año suponemos que enviará su felicitación navideña desde Andalucía, donde tendrá que permanecer largo tiempo para cosechar la siembra-negociación que está haciendo con el objetivo de conseguir la presidencia andaluza, eso sí, con pocas posibilidades, teniendo en cuenta que tiene enfrente no solo al Partido Popular, sino a VOX, algo que no sabemos si será urgente o importante para el líder de Ciudadanos.

Autonómicamente hablando los políticos también se retrataron en las pasadas navidades:

Emiliano García-Page "En nombre de la tierra del Quijote, mis mejores deseos de prosperidad y unidad en 2018 para la España que queremos". De puertas para dentro lo desconocemos, pero de puertas para fuera ha funcionado lo de "la unidad" al menos con Podemos en la región ya que durante este año se ha gobernado evitando sustos de última hora en torno a las decisiones importantes, como pueden ser los presupuestos.

Aquellos que desearon una “feliz navidad en compañía de familia y amigos”, este año no felicitarán desde el mismo estrado. Tal es el caso de Puigdemont y Cristina Cifuentes, ambos coincidieron en el mensaje y cambiaron el que fue su presente por el que hoy es su pasado.  

A Susana Díaz se le olvidó felicitar la Navidad. Quién sabe si en los resultados de las elecciones andaluzas ha tenido algo que ver el lapsus de memoria, hay cosas que no se perdonan, aunque los resultados también son así para los que limitan destinatarios como le ocurrió a Cospedal que dio “Gracias a nuestras Fuerzas Armadas en el exterior por trabajar sin descanso por la seguridad en nuestro país. Feliz Navidad” y es que parte de las del interior estaban ocupadas con la corrupción del Partido Popular.

Hay quien dice que cualquier tiempo pasado fue mejor y hay quien afirma que lo mejor está por llegar. Todo depende del grado de optimismo del que disponga quien lanza el mensaje. No hay fórmula matemática ni lógica inventada para adivinar el futuro en política y hoy es el “más difícil todavía”, pero lo que sí se puede hacer es comparar situaciones pasadas con las presentes, porque el futuro no existe y siempre está por llegar.

DCLM