Dclm.es desea a sus lectores una ¡Feliz Navidad¡

El 25 de diciembre siempre es un día con luz aunque no salga el sol. Es ese día en el que algunos dicen formar parte del "simulacro del amor" después de haber vivido unas horas entre los que de verdad se lo creen. 

Es como el blanco y el negro, el creyente y el ateo, el optimista y el pesimista. Es una pura contradicción, como la vida misma, inmersa en todo un conjunto de luces de colores, villancicos y turrón, que encontramos en una enorme vorágine, para unos consumista para otros dolorosa, pero para todos diferente; en la que se rompen las rutinas y se toman decisiones que llevan esperando todo el año: perdones y rupturas.

Cada año hay quien lo espera con la ilusión de volver a la inocencia de la infancia, con el divertimento de la juventud, o con las añoranzas de tiempos mejores. Quieras o no quieras la navidad te invade y es inútil resistirse a ello, te arrastrará día a día, la lotería, la nochebuena, la navidad, los santos inocentes, la nochevieja, el año nuevo y los Reyes Magos hasta atracar como siempre nuestro barco el 7 de enero: San Raimundo de Peñafort (patrón de los juristas) para recordarnos que la rutina vuelve a su lugar. Lo prohibido vuelve a estar prohibido y lo permitido vuelve a estar en su sitio. 

El truco está en no aparcar los sueños y las ilusiones el 7 de enero, sino en llevarlos a nuestro lado los 358 días que tenemos por delante, porque la "magia de la navidad" se puede mantener todo el año, aunque sea imposible mantener el ritmo de estos días. 

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