Los que se fueron en 2018

Contemplamos la lista de los que se marcharon de la misma manera que caen las hojas del otoño. En este 2018 las hojas del calendario nos robaron personas que sin pertenecer a nuestra familia, sin siquiera haberlos conocido significaron algo en nuestra vida.

El mes de febrero nos sorprendió con la muerte de alguien que supo sacarnos una sonrisa frecuente, a algunos incluso diaria, como lo hizo Antonio Fraguas-Forges, quien caminó a otro lugar probablemente de la mano de su "Mariano" y acompañado por un futbolista que tuvo en vilo a todo un país durante 22 días de secuestro por ETA, Enrique Castro-Quini. 

Las hojas del mes de abril se llevaron al joven amante de la música Avicii, que decidió poner fin a su vida arrastrado por quién sabe que sueño incumplido. Junto a los sueños rotos de Avicii nos dejó paradójicamente el hombre que nos mantuvo en la realidad durante mucho tiempo, con los informes semanales, analizados y documentados, el periodista Pedro Erquicia. 

José María Iñigo que nos entretuviera tantas noches de sábado o tardes de domingo pasó con la hoja del mes de mayo, junto a la Farmacia de Guardia de Antonio Mercero, acunados ambos por la voz que cantaba con el alma: María Dolores Pradera. 

Ya inmersos en el verano y plena operación salida, Paco Costas. Quien tantos consejos diera a los españoles acerca de la mejor manera de conducir un coche, alertara de riesgos y peligros en la carretera, nos dejó precisamente en la época del año de más tráfico, el mes de julio. 

La "Reina del Soul" decidió hacer unas vacaciones sin retorno en el mes de agosto. Aretha Franklin se alejó cantando su Rock Steady mientras lo cincelaba para la eternidad en el viento.  

El mes de octubre se alejó entre las notas musicales de Chales Aznavour que nos había explicado reiteradamente aquello de "No vistas luto por mi amor, pues no me gusta ser cruel y sé que nunca ese color le fue a tu piel". Con él se marchó ella... Montserrat Caballé, que enseñó a Sabina que para que la lengua deje de ser una alpargata lo mejor es un poco de sal antes de cantar porque la despega al generar saliva y si lo dijo la Caballé... no seré yo quien lo cuestione.  

Llegó el mes de noviembre y se marchó con el Lucho Gatica, el cantante de boleros favorito de nuestras madres y abuelas. El eterno cantante del amor y del desamor que no formó parte de la banda sonora de El Último Tango en París de Bernardo Bertoluccí, aunque si acompañó el director de cine al cantante de boleros al abandonar este mundo, no sin antes ser merecedor del despertar sexual de nuestro país en los años 70. 

Y en este diciembre, nos dejó Chiquetete, el hombre que subió a la cresta de la fama y cayó después al más hondo de los pozos sociales, siendo vapuleado día tras día en las tertulias de las cadenas amarillistas con o sin razón que en ello no vamos a entrar porque para eso están los jueces y las sentencias, por eso es necesario dejar a las personas en paz...

A todos ellos un enorme hasta siempre, porque los recuerdos aportados con su presencia, su voz o sus conocimientos, siempre seguirán con nosotros. 

Paloma Moratilla