Los niños de azul, las niñas de rosa | Lola Castro

Todos los colores producen sensaciones, que aunque no nos percatemos conscientemente de ellas, sí las relacionamos y sentimos su efecto. 

Estas características son estudiadas y usadas por los profesionales del marketing, la publicidad y el diseño gráfico para transmitir las ideas que desean asociar al producto.

De forma inconsciente esa asociación de colores poco a poco va calando en la mente humana, siendo capaz de unificar criterios de color, elaborando un patrón cromático que tiene su correspondencia en productos, acciones e incluso en estados de ánimo.

En esta nueva moda que vive el mundo de convertirse a la extrema derecha, ha surgido este viernes en Brasil una nueva estrella que buscaba su foco. La nueva ministra de familia, Damares Alves, no solo le vale con imponer unas políticas sino que también quiere imponer un pensamiento machista. En las primeras palabras que dirigió al pueblo brasileño se otorgó la facultad de decir que “los niños de azul y las niñas de rosa”. Al margen de la ignorancia que demuestra quien pronuncia semejante memez, sí advertimos el peligro de que estos pensamientos se extiendan a otros ámbitos del gobierno de Jair Bolsonaro.

Los expertos en cromatología suelen relacionar el color rosa con la delicadeza, la calma y la calidez, por otro lado le conceden al azul matices como la estabilidad, lealtad, sabiduría e inteligencia. Con estos usos, la nueva ministra de Brasil viene a decir que la mujeres deben preocuparse de estar bellas y dar poco ruido que ya están los hombres para pensar y defenderlas.

Esta es la operación de marketing machista que se ha marcado en sus primeros días el nuevo gobierno radical de Brasil, al que no le tiembla la voz cuando dirige barbaridades como estas al pueblo.

Lola Castro