Las extrañas maniobras del PP con el "tren de la vergüenza"

Aquellos que tienen buena memoria recordarán el inexplicable comportamiento de los senadores populares; Carmen Riolobos, Tomás Burgos y Jesús Labrador; ante el Pacto por el Ferrocarril.

El Pacto por el Ferrocarril, recordamos, se trata de un documento elaborado con la participación de todos los sectores implicados en la solución de un problema que afecta a un gran número de usuarios. El pacto se vino abajo sin mediar explicación alguna con el voto en contra de los senadores populares, los mismos que exigen explicaciones continuamente.  

Después de retirar su apoyo al Pacto, estos mismos senadores del Partido Popular presentaron una nueva propuesta, según Carmen Riolobos "para ampliar el grado de implicación con algo más genérico y no tan concreto". Y eso era lo que debía haber hecho el Gobierno de Mariano Rajoy, pero ni aun así lo hizo. Ni genérico, ni concreto.  

El mismo problema se repite en Extremadura, que también dispone de un Pacto por el Ferrocarril y donde pueden observarse  también comportamientos anómalos de los populares, hasta el punto de  llegar a ponerse de acuerdo Podemos y PP para salir juntos del Pacto extremeño, que actualmente solo cuenta con el apoyo de PSOE y C´s. 

Mientras el PP sigue jugando a hacer política con los trenes, estos se siguen averiando y en esta última ocasión con ciertos riesgos ya que no se ha tratado de una simple avería, sino del descarrilamiento del tren que cubría la línea Madrid-Zafra (Badajoz) a 500 metros de la estación de Torrijos. 

Los pasajeros han relatado que el tren sonaba ya raro antes de entrar en la provincia de Toledo. En un primer momento se habló de la salida del eje del tren, lo que habría provocado ese descarrilamiento. Hoy, Adif afirma tener pruebas de que el accidente ha sido producto de un sabotaje en la línea. 

Ante tal situación, fue necesario realizar un corte de la línea, lo que provocó alteraciones a diferentes líneas, y trastornos a un buen número de usuarios. Renfe, con su política de ocultación más que de transparencia, comunicó a través de @InfoRenfe, que los afectados tendrán que realizar un "pequeño tramo" en bus para continuar en tren hasta destino. El "pequeño tramo" del que habla Renfe, es la distancia que separa Navalmoral de la Mata con Torrijos, es decir 121 kilómetros y más de una hora de viaje. 

Si el año comenzó con 150 pasajeros "tirados" en Navalmoral, la evolución en los pocos días que llevamos de año se sale de todo pronóstico, ya que antes del descarrilamiento de Torrijos y en menos de 48 horas, habría que sumar la avería en la locomotora del tren Puertollano-Badajoz que provocó una demora de 1 hora a los pasajeros además de la avería del tren Madrid-Huelva (que también tiene su recorrido por Extremadura). Este último, según los pasajeros ya salió de Madrid con una importante avería en los baños que le obligó a detenerse.

El propio presidente extremeño, Fernández Vara, ha llegado a sugerir que si los trenes no son seguros, mejor que se supriman hasta que se inaugure la nueva vía y tal vez tenga razón. 

Lo que es cierto, es que el ciudadano medio se planteará "muy mucho" coger uno de esos trenes, y lo que es seguro es que quienes siguen viajando es porque no les queda otra opción. 

El comportamiento del Partido Popular, rompiendo pactos o votando en contra de las soluciones, es el mejor ejemplo de lo que se conoce como "poner palos en las ruedas" a la posible solución del conflicto del tren que afecta a Extremadura y a Castilla-La Mancha, aunque ahora vengan diciéndonos Núñez y Monago que van a unir los esfuerzos del PP para buscar una solución a los problemas del tren al que llaman de "la vergüenza", porque eso mismo es lo que dijo la senadora del PP, Carmen Riolobos, hace más de un año, cuando todavía gobernaba Mariano Rajoy.  

DCLM