Paco Núñez, los cazadores y los ecologistas

Un gobernante debe trabajar por mejorar la vida de sus ciudadanos, hacer compatibles los diferentes intereses, mirar por el bienestar de la mayoría sin olvidarse nunca de las minorías que también tienen derecho a expresarse.

Sucede en nuestra tierra con los cazadores, una minoría de la población a la que amparan las leyes. No todos los castellano-manchegos son cazadores, existen muchos ciudadanos que están frontalmente en contra de la caza y de la matanza de animales, existen indiferentes y también los que quieren simplemente pasear por nuestra naturaleza sin más puertas que las necesarias y sin recibir un perdigonazo.

El presidente del PP de Castilla-La Mancha asegura en una entrevista que siempre elegirá a los cazadores frente a los ecologistas. Es otra afirmación propia de esa fiebre por la no dejarse ganar terreno por Vox, un partido radical que ha levantado en Castilla-La Mancha su voz a favor de la caza y la fiesta de los toros.

Pero eso no es conciliar los diferentes intereses. Desde la Junta de Comunidades se ha elaborado una Ley de Caza que ha intentado conseguir el máximo consenso posible, precisamente con la idea de no vulnerar el pensamiento y las prácticas de ninguno de los grupos, ecologistas, paseantes, cazadores. La Junta ha tenido en cuenta la aportación económica de la práctica cinegética en la región pero también ha sentado las bases legales de cómo debe practicarse la caza en defensa de las especies y del propio ser humano.

No puede Paco Núñez ir alardeando de que piensa llegar al gobierno y gobernar en coalición de los ciudadanos si se sitúa frontalmente en contra de miles de ciudadanos de la región.

Da la sensación que volvemos a los tiempos en lo que es preciso luchar por lo evidente. Utilizando las ideologías, Nicolás Maduro ha llevado al pueblo de Venezuela a la ruina y a la desprotección más deplorable. No puede seguir siendo presidente de un país al que ha hundido social y económicamente, solo puede serlo convirtiéndose en un dictador. 

Parece que además de luchar por lo evidente, hay que ir también sentando las bases del sentido común.

elObservadorDCLM