Frankensteins, corruptelas, clientelismo y subastas

El pasado viernes Pedro Sánchez agitó la gaseosa del electoralismo político. Tal como se preveía, la derecha se apropió del logro de la convocatoria de elecciones con una concentración en la plaza de Colón de Madrid, que dejó los datos muy por debajo de las expectativas de los organizadores y de los ciudadanos. No es la primera vez que la derecha en esta región se apropia de algo. Ya lo hizo la senadora popular, Carmen Riolobos, con las fotos de los hospitales en tiempos de Cospedal para culpar a Page. Más recientemente, el presidente popular, Francisco Núñez, acusó al presidente de la región de independentista a favor de la pecaminosa causa del diálogo con Cataluña, cuando precisamente este tema es punta de lanza entre los presidentes regional y nacional del PSOE. Entre tanta mentira, los ciudadanos contemplamos con estupor los primeros movimientos realizados por los líderes regionales en la ya iniciada precampaña.

El presidente del PP en Castilla-La Mancha ha dejado claro que en el caso de tener que negociar para formar un gobierno  liderado por el PP valorará dar puestos en su ejecutivo a Vox y a C´s. ¿Qué ha ocurrido con sus críticas exacerbadas al Gobierno Frankenstein de García-Page? Al fin y al cabo en el Gobierno socialista entraron dos personas de Podemos, ambos partidos de izquierdas hasta cierto punto afines, pero qué clase de Frankenstein sería el que incluye el multitudinario trio de la "derechita cobarde" con la ultraderecha y la derecha ambigua? Sin duda sería más Frankenstein que nadie. Seguramente Núñez no tuvo quien le explicara  que se predica con el ejemplo. Su sermón tedioso y repetitivo de lo malos que son los gobiernos Frankenstein, tendrá que dar la vuelta ahora utilizando para ello las artes celestinescas del engaño para su propio beneficio."Haz lo que yo bien digo, pero no hagas lo que yo hago" que diría la vieja bruja.

Con este puzle político-mental, de Núñez, para ir calibrando y valorando a quien va a dar poltronas en su gobierno, no es de extrañar que haya vuelto a suspender el nombramiento de Cospedal como presidenta de honor del PP-CLM, aunque haya reconocido que debería nombrarse antes de las elecciones, atendiendo a los plazos establecidos. Sánchez le ha pillado con el “carrito del helado” y ahora dice que la convocatoria electoral hace que "todo se quede en suspenso". Menos mal que el Gobierno no piensa de la misma manera por el bien de los ciudadanos.

El PP-CLM está tan ocupado, comprando corbatas verdes para su líder y coqueteando con Vox, que ha llegado a un grado tal de mimetización, que el propio Javier Ortega Smith afirma que les están copiando el discurso.  El ex militar, abogado y político hispano argentino, actual secretario general de Vox; el mismo que apellidándose Smith quiere expulsar a los extranjeros de España; ha dicho a Francisco Núñez, en Cuenca, este fin de semana: "Habéis sido una fábrica de corruptelas, clientelismo y habéis robado a muchos españoles la confianza haciéndoles creer que podíais llevar a cabo unas políticas que al final no habéis aplicado", dejando claro que pudieron hacerlo cuando tuvieron mayoría absoluta.

Núñez se despacha diciendo que no puede entablar conversaciones con Vox ni con Ciudadanos porque de momento ninguno de los dos partidos tiene líder definido para encarar las próximas elecciones, pero deja claro que va a tener que pactar con alguno de ellos si quiere gobernar. Bien asumida la derrota, tal vez hay que hacer caso al líder de los socialistas, y presidente de Castilla-La Mancha, cuando afirma que "Vamos a ser la única formación política que garantice al ciudadano que su voto va a servir para lo que vota". Un partido, una campaña y un programa electoral, porque según el análisis de García-Page "Todo lo demás está en el mercado, está en opción subasta y puede llevar a otras formaciones a hacer extraños compañeros de viaje".

Esto es lo que se suele llamar, el orden dentro del desorden.

DCLM