¡Un mediador!, ¡A las barricadas!

Estaba todo hablado y estaba todo inventado. Había que buscar una palabra, un sinónimo de mediador o de relator y encontraron el enlace que no era una boda sino una mediación en toda regla entre el Gobierno de Mariano Rayoy y Carles Puigdemont para evitar la declaración unilateral de independencia y la aplicación del 155. La diplomacia o el arbitraje (más sinónimos) pudo haber salido bien pero al final no obtuvo el éxito esperado y si declaración de independencia y 155.

El mediador fue el lendakari Íñigo Urkullu según él mismo ha reconocido en el juicio sobre el proces. 

De momento, que se sepa, nadie ha convocado una manifestación para rasgarse las vestiduras por esta felonía, ni nadie ha insultado más de veinte veces a Rajoy por intentar resolver el asunto mediante el diálogo sin traspasar los límites de la Constitución, exactamente lo mismo que quiso hacer Pedro Sánchez antes de montarle la fatochada de la Plaza de Colón.

El gobierno de Cospedal inventaba también buenos sinónimos y cuando el Tajo estaba ya sediento de agua, su amiga la ministra Tejerina aprobaba “derivaciones” en vez de trasvases. 

En definitiva, si pasaron un buen día en Madrid paseando banderas pues hay que alegrarse pero no parece que el resultado haya sido magnífico a la larga ya que el tridente, PP, Ciudadanos y Vox, es decir la derecha, ya no suma en las encuestas para hacerse con el Gobierno que era su objetivo.

Tampoco llamó nadie a las barricadas cuando los indepes catalanes apoyaron al tridente "trifálico", (como dijo con gracia la ministra de Justicia Dolores Delgado), votando en contra de los presupuestos de Sánchez. Eso no fue un contubernio sino un “compadrazgo”.

elObservadorDCLM