De Paz nos deja un poco más en paz

Si ha sido, como él mismo ha dicho, por una cacería mediática, no tendría que haberse marchado. Otros líderes de la izquierda como Pablo Iglesias o Pedro Sánchez han aguantado muchos más titulares que Fernando de Paz, durante más tiempo, en muchos más medios de comunicación de la extensa panoplia con los que cuenta la derecha, con muchas menos pruebas y menos razones. Y ahí están Iglesias y Sánchez dando la cara ante los suyos. 

Fernando de Paz era otro de los paracaidistas con los que partidos como PP, Ciudadanos y Vox, están sembrando la ancha Castilla-La Mancha. De Paz era el primero en las listas de Albacete al Congreso por el partido de Abascal. Como todos los de Vox, De Paz, parecía un carca recalcitrante que varios periódicos nacionales han tildado de negacionista y pseudohistoriador. De Paz ha tenido la lengua muy larga en los últimos años en tertulias también ultras en medios como Intereconomía o programas como El gato al agua y por fortuna están más que documentadas sus palabras en las que negaba hechos históricos evidentes como el holocausto nazi del que, para suavizarlo, aseguraba que no hubo gasificaciones sino que muchos judíos murieron a punta de pistola y no a manos de los nazis. Añadía que los judíos sacrificados eran comunistas y negaba otras evidencias como el bombardeo de Guernika que, dijo, fue un invento de The Times en Londres. En fin, hemos tenido oportunidad de escucharlo estos días en diversos medios a los que, en su despedida, ha tachado de manipuladores. La comunidad judía elevó su protesta lógicamente y, antes de su renuncia, la presidenta de Vox en Madrid salió en su defensa manifestando que no sabía de dónde sacaban los medios las opiniones de Fernando de Paz sobre el holocausto. La dimisión del negacionista, enemigo de los homosexuales, dejó en evidencia a Rocío Monasterio, mientras Fernando de Paz amenazaba a los medios de comunicación con los tribunales.

Tiene que haber pasado algo muy gordo para que prescindieran de él por el camino de presentar su dimisión como candidato porque personajes como estos son los emblemas de Vox, sus soldados, los que utiliza para levantar todo tipo de polémicas y seguir dándose a conocer según el famoso dicho “que hablen de uno aunque sea bien”, especialmente en las redes sociales.

A ver si Vox se está ablandando ahora al abandonar a personas relevantes, tan cercanas a su ideología y que tanto han hecho por la ultraderecha en los últimos años en España. Fernando de Paz no tendría que atacar a los medios que reflejamos sus palabras sino al partido que confió en él y ahora le ha abandonado. Vaya ingratitud.

elObservadorDCLM