El tiempo de Román se ha acabado / Alberto Rojo

Antonio Román no apuesta por la ciudad de Guadalajara. Así lo demuestran sus presupuestos para el año 2019, unas cuentas situadas en el género de la ciencia ficción y que, además, no materializan ninguna solución a las necesidades reales de los guadalajareños: ni en cuanto al empleo, ni en cuanto al apoyo a las familias, en particular aquellas que más lo necesitan, ni tampoco impulsan la modernización de la ciudad. 

En primer lugar, los ha presentado fuera de plazo, algo bastante común dadas sus dificultades para gestionar con la solvencia y la eficacia requerida. Pero además son el reflejo de un alcalde sin ideas que niega a los alcarreños las soluciones que necesitan por su incapacidad manifiesta para dialogar sin imponer sus posturas, algo a lo que nos tiene bastante acostumbrados. Y ya por último se los ha rechazado toda la Corporación, empezando por quienes fueron hasta ahora sus socios de gobierno. El alcalde ha perdido el crédito incluso entre los suyos.

Pero eso no es todo. Una vez presentados estos presupuestos cabe preguntarse en qué película estaban pensando, Román y su equipo, cuando los elaboraron. Ficción absoluta difícil ya de digerir por los antecedentes de otros presupuestos presentados anteriormente en los que podemos constatar la reducción de partidas en áreas presupuestarias tan importantes como servicios sociales o empleo; no sólo se ha destinado menos dinero, sino que ni siquiera se ha llegado a gastar el dinero destinado. ¿Cabe mayor nivel de ineficacia?

Son los casos de ayudas sociales, partida de la que apenas se ejecutó el 60% del presupuesto consignado, dejando a muchas familias en la estacada, o en políticas de empleo, otra partida vergonzante de la que han dejado de invertir un 30% de lo consignado. Antonio Román aplica políticas ya desfondadas, que ni siquiera desarrolla aun teniendo presupuesto para ellas. ¿Dejadez? ¿Incapacidad?  Respondan ustedes, pero es igual de censurable sea cual sea su respuesta.

Los presupuestos presentados eran, por lo tanto, más de lo mismo, un reflejo de la desmotivación de Román y de su pésima gestión, que le ha dejado incluso sin socios de gobierno.

Si profundizamos un poco más en las razones por las que Guadalajara continúa sin presupuesto municipal para 2019, podemos ver cómo las partidas para ayudas sociales se han reducido en 120.000 € mientras que las partidas para empleo, es decir, el dinero destinado a estimular el empleo con políticas que consigan cambiar la vida de muchas personas, se ha reducido en 416.000€, dinero que el propio Román tendrá que explicar a qué se ha destinado.

En la actualidad, el Ayuntamiento funciona con el presupuesto prorrogado de 2018 por decreto de Alcaldía y, entendemos, que también con un alcalde prorrogado, instalado en el inmovilismo con un estilo de gestión desmotivador y poco solvente. Lo peor es que perjudica a los que vecinos y vecinas de Guadalajara que necesitan y esperan  soluciones de su Ayuntamiento y que no les llegarán por la pésima gestión y la nula empatía social del actual alcalde.

El rechazo a los presupuestos de Román es la evidencia definitiva de que su tiempo se ha acabado, yo creo que afortunadamente para Guadalajara y sus vecinos y vecinas. Ahora nos toca a nosotros, construir entre todas y todos un nuevo tiempo para esta ciudad.

Alberto Rojo Blas

Candidato a la Alcaldía de Guadalajara por el PSOE