Hasta siempre al hombre de la sonrisa eterna / Paloma Moratilla

Le cantó al "Abuelo".  A su padre en "Camina siempre adelante", a su madre en "Mi árbol y yo". Le cantó a "La distancia", a los "amigos", a su perro "Callejero" y a las "Palmeras". 

Le cantó al amor mientras prometía una rosas ("Te llegará una rosa"). Compuso poesía y música para las ilusiones en "A partir de mañana". Supo hacer "Castillos en el aire" y lloró la falta de su amigo Facundo Cabral cantando  "Cuando un amigo se va". Pero también fue testigo de nuestros miedos. Nos acompañó en la soledad y recogió nuestras lágrimas con la poesía de "En un rincón del alma". 

Cantor y poeta, pero sobre todo ciudadano del mundo que buscó sus raíces. El gaucho de la pampa que se quedó para siempre en la España de su abuelo.

Hoy nos ha dejado Alberto Cortéz. Una voz pegada al sentimiento y adornada con ternura. Supo dedicar sencillez y belleza a sus palabras y a su música para homenajear a las cosas pequeñas de la vida. A los momentos cotidianos y a las personas más queridas.  

Alberto Cortéz ha fallecido la tarde de este miércoles, dejando un legado de sentimiento y dulzura en sus canciones. Melodías que supieron acercar las dos orillas, en un ramillete de colores, cuyas flores tienen la forma de una clave de sol.  

Hasta siempre Alberto... Hasta siempre al hombre de la sonrisa eterna...

P. Moratilla