"La cultura necesita una Ley de Mecenazgo"

Le interrumpimos la comida, pero nos atiende encantadora. Lo hace con un hilo de voz suave, aunque cargado de esa mezcla de energía y saber estar que asiste a las mujeres hechas a sí mismas.

Blanca Marsillach detiene su tiempo para hablar con nosotros porque quiere que el legado de su padre perviva en esta sociedad nuestra tan enamorada de las novedades y tan olvidadiza con el talento.

Ha visitado Albacete para presentar, en la Casa de la Cultura José Saramago, su obra “Entre versos y Marsillach”. Una producción con la que rinde homenaje Alfonso Marsillach, y  en la que la poesía se convierte en el hilo conductor de un relato mágico protagonizado por ella misma, junto a la actriz Begoña Mencía. Comparten escenario también con 10 personas mayores, un talento maduro, lleno de la vitalidad cálida que dan los años.

Desde que se presentara por primera vez la obra, han atendido muchas entrevistas, han ofrecido muchas respuestas pero sobre todo han cosechado mucho éxito. Tres años sobre los escenarios y siguen arrancando aplausos y vítores como el primer día.  Probablemente porque cuando actúas con el corazón, ya sea sobre unas tablas o con los pies fuera de ellas, el mensaje llega y consigue ese no sé qué tan propio del teatro, que pellizca el alma del espectador, que se siente parte de la obra.

Durante la representación se dramatizan poemas recopilados por el “teatrista” Marsillach y éste está muy presente, y lo está más allá de la imagen proyectada en el escenario. La fuerza con la que se dramatiza cada verso, la intensidad con la que se vive cada poema y el objetivo último de acercar el teatro, la poesía, la cultura a la sociedad, también homenajean la figura de este genio del teatro.

Blanca no lo duda, ella sabe muy bien quién es su padre y lo que ha significado para la cultura de este país, pero lo cierto, es que nunca está de más recordarlo y ¿qué mejor forma que una hija, una obra cargada de buena poesía y actores dispuestos a dar lo mejor de sí mismos?

P: Llevan tres años cosechando éxitos a lo largo y ancho de nuestro país, ¿lo esperaban cuando iniciaron esta aventura?

R: No, no…nos ha sorprendido muy gratamente.

P: ¿Por qué decide producir y trabajar en una obra como esta?

R: Porque quería rendir un homenaje a mi padre y gracias a las nuevas tecnologías cabía la posibilidad de hacer una retroproyección y actuar con él, aunque fuera de una forma digital.

P: En la obra usted y Begoña Mencía comparten protagonismo con 10 personas del Centro de Mayores Albacete I, a través de un convenio con la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla-La Mancha.  ¿Qué le ha llevado a decantarse por estos actores no profesionales?

R: Se trata de un sector de la población que a mí me gusta mucho, que está olvidado en la sociedad y que gracias a ellos estamos aquí, y se lo debemos todo. Y es muy bonito poder darles ilusión, que se planteen nuevos retos.

P: ¿Qué le ha aportado trabajar con nuestras personas mayores, un elenco de actores no profesionales?

R: Mucha humildad. Además compruebas que están llenos de gratitud y que les insuflas mucha vida. De hecho, nuestro lema es que mientras sumas años a la vida, sumes vida a los años.

P: Es en un riesgo trabajar con actores no profesionales, y ustedes lo han asumido.

R: El riesgo es mínimo. Además, es una colaboración con la Obra Social La Caixa, y de lo que se trata es de que ellos se sientan útiles, queridos y que sientan que son importantes para nosotros.

P: La obra es un homenaje a su padre, ¿lo hace porque siente que no se le ha reconocido su trabajo, su contribución a la cultura en nuestro país?

R: Yo siempre que puedo homenajeo a mi padre, pero sí, vivimos en un país sin memoria histórica, no somos muy agradecidos con las personas que han trabajado y han hecho cosas por nuestro país, por nuestra cultura, que es una parte fundamental de un país.

P: ¿Con este homenaje siente que se le devuelve a Adolfo Marsillach una parte de esa contribución tan importante que ha realizado al mundo de la cultura?

R: Claro, es una forma de conservar su legado, de poner en valor todo lo que hizo montando la compañía de Teatro Clásico, lo que hizo por el propio teatro clásico, su trabajo para acercar los clásicos a los jóvenes, a los mayores…

P: ¿Qué le ha aportado a usted la figura de su padre?

La figura de mi padre me ha aportado tener un concepto del teatro riguroso, también amar y respetar esta profesión. Lo he mamado desde pequeña y está en mi ADN y es todo un orgullo.

P: La obra que presentan es una adaptación de una que ya interpretó su padre con Amparo Rivelles y María Jesús Valdés. A los versos originales de Quevedo y Lope, Siglo de Oro, ustedes han añadido poesías de Miguel Hernández, la Generación del 27. Un lazo que une varios siglos de arte y artistas.

R: Sí, cuando empezamos era el centenario del poeta de Orihuela y pensamos que era interesante incluirlo, que lo diferenciaba del montaje inicial de “Una noche con los clásicos”. Era también cambiar de siglo, homenajearlo, y la verdad, son muy bonitos.

P: Se podría pensar que la llegada de Miguel Hernández a “Entre versos y Marsillach” tiene mucho que ver con el carácter reivindicativo y el compromiso social que destila la obra del poeta y que también se aprecia en sus producciones, en sus proyectos.

R: Claro, sí a mí me gusta la vena reivindicativa y comprometida de Miguel Hernández. Además, coincide con el tipo de teatro social que hacemos en Valera producciones porque al final el teatro no deja de ser una forma de expresión, de reivindicación y de poner de manifiesto las necesidades de la sociedad.

P: Como usted indica, la obra está financiada por su productora, Valera Producciones, y han contado con ayuda de la Obra Social de La Caixa. ¿Corren malos tiempos para la financiación del teatro en particular y de la cultura en general?

R: Sí, no es fácil, pero la Obra Social de La Caixa tiene un programa para mayores que promueve el envejecimiento activo y saludable de la gente mayor.

P: ¿Esta situación se agrava en el teatro? ¿Es este el hijo pobre de la cultura en nuestro país?

R: Sí, sí…cuesta mucho financiar estos proyectos, si no fuera por el apoyo de entidades como la Obra Social de la Caixa, no sería posible llevar a cabo estas obras.

P: Estamos en plena efervescencia política en estos días, aproveche, ¿qué le pediría a los partidos políticos?

R: Más subvenciones, más incentivos, que haya una ley de mecenazgo. Esto contribuiría a que el mundo de la cultura tenga más vida, más futuro.

Isabel Martínez Moreno