Nunca es tarde si la dicha es buena / Por Paco Moya

De todos los acontecimientos y las noticias que se han sucedido en el panorama político nacional, me ha llamado especialmente la atención y he recibido con agrado la petición formulada por el Gobierno en funciones y la dirección del PSOE al PP y a Ciudadanos de que se abstengan en la investidura de Pedro Sánchez como Presidente.

Esta petición, recordando que el PSOE así lo hizo para permitir la investidura de Mariano Rajoy, supone de facto poner en valor la abstención del Partido  Socialista en aquellos momentos, enfrentándose a una crisis en su seno que culminó con la dimisión de Pedro Sánchez como diputado para evitar abstenerse. Es inevitable recordar aquello de : “Nunca es tarde si la dicha es buena”.

Bienvenido sea el reconocimiento de que obrar de ese modo supone una actuación loable, que en palabras del propio gobierno: “contribuiría a la estabilidad del país”. 

Esto sucede unos días después de que instituciones y ciudadanos hayamos despedido a Alfredo Pérez Rubalcaba como al hombre de Estado que fue. Recordando su figura, hemos utilizado expresiones como: gran talla política, altura de miras, servicio al país y a la democracia.., pero sobre todo recordando sus actuaciones hemos llenado esas expresiones de contenido. Sin duda Alfredo fue ejemplar en muchos sentidos y no es el menos importante la forma en que normalizó su vida tras su paso por la política. 

Pero volviendo  a la cuestión inicial que nos ocupaba, Alfredo fue un firme defensor de la necesidad de que el PSOE se abstuviese para permitir la investidura de Rajoy. Ello, como a otros muchos socialistas, le supuso tener que afrontar no pocas críticas de sus propios compañeros.

Tal y como el tiempo se ha encargado de demostrar hay un momento para cada cosa. Hubo un tiempo en que el PSOE se abstuvo, por las razones ya comentadas y ello no impidió, llegado el momento en que se hizo necesario por higiene democrática (por responsabilidad), presentar la moción de censura que desalojó del Gobierno a un PP condenado por corrupción y por financiación ilegal. Del mismo modo que cuando hoy se pide al PP y a Ciudadanos que se abstengan para permitir la investidura de Sánchez, se les pide que lo hagan por los mismos motivos, y evidentemente sin renunciar a ejercer la leal oposición. 

No obstante y pese al mensaje espontáneo de los ciudadanos de este país en la despedida a Rubalcaba, que ha supuesto poner en valor “ LA POLÍTICA”, llenando de contenido esta expresión, me temo que no se va a conseguir. Por desgracia los pacientes ciudadanos tendremos que seguir esperando a que se normalicen estos deseables e imprescindibles comportamientos, para conseguir que España supere  los desafíos a los que se enfrenta. 

De momento parece que seguirán imponiéndose él reduccionismo absurdo y el maniqueísmo partidario que alejan cualquier posible diálogo para afrontar nuestros problemas.

Y “LA POLÍTICA” como nos ha recordado Alfredo estos días, requiere de diálogo. Pero no exclusivamente diálogo del gobierno con los irredentos secesionistas. Es imprescindible el diálogo  entre todas las fuerzas políticas. Diálogo de todos con todos, entre todos los que quieran dialogar. Diálogo y cesión son la base del acuerdo. Y es imprescindible un gran acuerdo un gran consenso, sin el cual no se puede reformar nuestra flamante Constitución. Constitución que fue fruto del diálogo, del acuerdo y de la voluntad de reconciliación de los que nuevamente necesitamos para conseguir enfrentar un nuevo periodo de progreso en España. Es lo que los ciudadanos estamos pidiendo. ¿No lo veis?, que nos diría Alfredo. Aún estamos a tiempo. Al PP y Ciudadanos les bastaría con fijarse en el PSOE y en Pedro Sánchez para darse cuenta de que “ Nunca es tarde...

Paco Moya