Así se vio el debate en Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha estrenó la noche del pasado lunes el primer debate a 5 de la historia. La cadena pública organizó el debate en equidad y estuvo conducido por una magnífica moderadora, Sonia Triguero, haciendo gala no solo de su calma y serenidad, sino también de una amplia dosis de profesionalidad, hecho posible gracias a una realizadora y ambas bajo la tutela de una directora general. Los candidatos: cuatro hombres y una sola mujer que por su parte intentaron sacar lo mejor de cada uno de ellos, no siempre con acertada elección de sus estratégias. 

A Emiliano García-Page (PSOE) le faltó, tal vez, un ápice de capacidad de síntesis. La falta de tiempo no dejaba lugar a las explicaciones numéricas reales, ni a las demostraciones de veracidad. Esto se vio agravado por el comportamiento del candidato del Partido Popular, cuya locuacidad comercial no deja espacio para réplicas. Se hace muy difícil buscar la síntesis para dar respuesta a un rosario de mentiras, que una tras otra, en su tiempo y en el ajeno, iba desgranando Francisco Núñez. 

Francisco Núñez (PP) no defraudó. Sus espantadas y salidas de tono en las Cortes Regionales ya nos tenían preparados para la estrategia a utilizar por el líder del PP. Ni su tono, ni el lenguaje eran los más apropiados para utilizar en un debate electoral, sino que más bien parecía un debate parlamentario de baja calidad. La osadía mostrada al reprochar al candidato su gestión en torno al agua era difícil de entender, cuando el partido al que representa es el causante de la mayor debacle realizada con el agua en Castilla-La Mancha. Los ciudadanos saben y no han olvidado, que todos y cada uno de los trasvases realizados los últimos años, son producto de las políticas hídricas dirigidas, diseñadas y aprobadas por María Dolores de Cospedal y el Gobierno de Mariano Rajoy. "De aquellos polvos, estos lodos". La ridiculez con la que el candidato del PP reprochaba la gestión del agua, precisamente a quien ha estado toda la legislatura dando muestra de su lucha por defenderla, con Gobierno del PP o incluso del PSOE, no dejaba lugar a la duda sobre quien estaba fuera de lugar. 

Comportamiento totalmente contrario, fue el vivido en los momentos en los que se hablaba de su propio partido, de Cospedal o de lo que este nombre significa actualmente en el entramado de corrupción. Solo cabe una palabra "absurdo" para definir la actitud de Núñez en el momento en el que Page le preguntó qué opinaba de la afirmación de Casado, sobre que María Dolores de Cospedal había sido la mejor presidenta de Castilla-La Mancha, a lo que Núñez hizo un viraje de 180 grados para cambiar el tema a debatir mientras guardaba un silencio sepulcral sobre el asunto de su “madrina”.

La estrategia del Partido Popular de robar las ideas a Ciudadanos, como afirma Albert Rivera, se dejó ver en este debate, donde el papel del atacado, nervioso y fuera de tono lo ejerció el líder de los populares olvidando que el resultado de esta técnica no fue positivo para la formación naranja.  

José García Molina (UP) trató de hacer el papel de Pablo Iglesias, centrando el debate cada vez que se le daba la opción de hablar. Tal vez los logros del Gobierno regional asumidos por el líder de Unidas Podemos dejaron entrever el "Si es bueno es gracias a mí y si es malo no tengo nada que ver", pero sí es cierto que defendió la gestión política global de la última legislatura cada vez que tuvo la oportunidad de hacerlo, aunque su tono paternalista y/o docente, a veces lineal,  hacía bajar el interés de la locución pronunciada.

Molina sigue en su línea de "mano tendida" al PSOE, probablemente con el objetivo de repetir en el Gobierno de García-Page.   

Carmen Picazo (C´s), la única mujer del debate, sorprendió por su seriedad. La formación naranja dio buena muestra de que se aprende de los errores y enmendó el comportamiento agresivo de su líder nacional en el debate de las elecciones generales, actuando más bien en el sentido contrario. Sin embargo, Picazo, sorprendió a todos aquellos que daban por hecho que en caso necesario PSOE y C´s pactarían un Gobierno que aleje al Partido Popular. 

La frase más comentada de Carmen Picazo tras el debate ha sido la de "Si nos dan una suma para el cambio, vamos a propiciar el cambio". Es indudable que tiene muchas interpretaciones, pero quienes conocen a la líder naranja afirman con rotundidad que nunca da puntadas sin hilo. Lo cierto es que son mayoría quienes piensan que el pacto con los socialistas está muy lejos y que más bien la intención de Ciudadanos es gobernar ellos mismos con el apoyo del Partido Popular o viceversa.

Tal vez esta es la razón por la que Núñez no arremetió en ningún momento contra Ciudadanos, ni tampoco Picazo contra el Partido Popular, aun teniendo ambos motivo para ello. Esta conclusión es aún más contundente si se tiene en cuenta que el propio Rivera ha dejado entrever, que no pactarán gobiernos con quienes hayan pactado anteriormente con partidos que defienden el independentismo, en clara alusión a Unidas Podemos. 

La conclusión es que C´s trata de desmarcarse del PSOE y no tanto del PP, con quien ya tiene aliados en otras comunidades autónomas. 

Daniel Arias (VOX) es una figura que no tiene comentarios posibles. Sus intervenciones fueron aburridas y en ellas se silenció todo aquello que pudiera ser controvertido, como el fin de las comunidades autónomas, la bajada del número de diputados en las Cortes de Castilla-La Mancha, o las “recetas de los enfermeros”.

El líder de Vox se limitó a leer su programa electoral en alta voz, con falta de sentido, de naturalidad, de dialogo y sobre todo de debate.

El partido de Abascal no debatió sino que realizó una lectura abierta y pública de su propio programa electoral, provocando una caída en el ritmo del debate. El hecho de ser este partido, sin decir sino leyendo, quien cerrara los turnos, lo único positivo que tuvo, fue que algunos pudieron levantarse del sillón para ir a la cocina o al WC.

DCLM