El agua, la tierra, el viento y el fuego de Castilla-La Mancha

Mucho calor de todo tipo, humano, político y musical en el Palacio de Fuensalida de Toledo donde Lucía Santiago, una toledana profeta en su tierra ha iniciado, con su preciosa voz -que nos ha recordado la potencia y la calidez de Amy Winehouse- el acto de posesión de Emiliano García-Page, en la que será su segunda legislatura como presidente de la región.

Podemos decir que Lucía ha sido el fuego en el mejor sentido de la palabra. María Dulcinea Ortiz ha sido la tierra, o mejor el retorno a la tierra de una profesional que se vio obligada a salir de Castilla-La Mancha y que ahora ha podido regresar gracias al programa de retorno de talento joven.  Dulcinea Ávila Sánchez ha sido el agua, una mujer con discapacidad (usuaria del servicio de capacitación de APANAS), orgullosa de haber podido votar en las elecciones como cualquier otra persona en una sociedad más justa y solidaria.  Adrián Fernández, maestro de la gitarra española natural de Puertollano ha sido el viento. Los abanicos blancos, que ha repartido el protocolo de la Junta, han repicado entonces al ritmo de las cuerdas frescas, preciosistas, sutiles.

Se ha iniciado el acto institucional con la lectura Del Real Decreto de nombramiento de García Page como presidente de la Junta, firmado por Pedro Sánchez y por Felipe Rey. Emiliano juró su cargo y sonó  un fuerte y cerrado aplauso. 

García-Page ha entrado al Patio acompañado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, y ha saludado algunos de los invitados allí presentes hasta llegar al escenario donde le custodian el presidente de las Cortes, Pablo Bellido, y la titular de Hacienda. También han asistido el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque y la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio.

Ha hablado el presidente para dar las gracias. Ha dicho que la noche en que conoció los datos electorales se abrazó con sus hijos, con su familia "y me puse a llorar”. Su hija le preguntó por qué lloraba y le dijo porque había costado mucho trabajo, algo que se había conseguido con el esfuerzo y con la fortuna de la vida. Ha recordado momentos previos, el éxito de muchos de los presentes, "pero yo hoy hablo de lo mío" con ilusión, con pasión, con la familia a la que agradeció también su esfuerzo.

Ha recordado a su padre fallecido y a su madre presente "que ha tenido el instinto político: por muy alto que creas que estás -me dijo- sal a la calle". Su padre se quedó huérfano a los 7 años, se quedó solo, lo pasó muy mal y terminó siendo encuadernador. Los regalos que se hacían a las personas más importantes que venían a España, los encuadernaba, dijo, su padre.

Tras un recuerdo al esfuerzo de anteriores generaciones, Page ha recorado que el acto se celebraba en el que fue Palacio de Carlos V, ¿alguien puede ser pesimista con la evolución de España en los últimos 40 años? Page mira al futuro para asegurar que, "si queremos" tendremos otros 40 años de progreso aunque a veces tengamos dudas: "No se puede dudar lo que somos y aquí no dudamos de lo que somos".

A todos los presentes ha dado las gracias Page. Ha saludado a los miembros de las Cortes, a todos los miembros de ‘una autonomía ejemplar’ y ha lamentado  la ausencia de, la consejera fallecida, Elena de la Cruz y de Alfredo Pérez Rubalcaba. 

El presidente ha recordado el cariño y el respeto que representa la mayoría absoluta "que no nos hace inmunes al error y nos puede llevar a la soberbia, pero no debe ser la soberbia, ha añadido, moneda de cambio ni en la vida, ni en la política".

Se ha propuesto resolver los problemas que tiene delante y ofrecer más diálogo, más pacto, más cercanía, volver a casar la política con la ciudadanía, recuperar la confianza de la gente como políticos a través de también de la moderación, ‘insultar sabemos todos pero el diálogo y la humildad requieren coraje’. "Nadie debe mirar a otro por encima salvo para echarle una mano para salír adelante" y, por supuesto, ha añadido, "honestidad, la honestidad de cumplir con las soluciones prometidas".

Ha terminado asegurando que su equipo será el de la honestidad tras cuatro años de saber lo que es no tener mayoría: “Este gobierno podrá equivocarse pero no iremos contra nadie”.

De hecho, sus últimas palabras han sido como las primeras de agradecimiento: "Me debo a mis raíces, la cultura es una sucesión de memorias...lo que sostiene el árbol no es el tronco, son las raíces...y nuestra historia es de la humanidad con la que debemos compartir ahora nuestra propia historia". García Page ha puesto el punto y final recordando que "estamos en el corazón de España y tenemos a España en el corazón".