Vox los quiere "dentro del armario"

El avance de Vox tras los resultados de las últimas elecciones generales, autonómicas y locales empieza a manifestarse. Ya se vieron las barbas del vecino arder cuando en Andalucía, la formación de Santiago Abascal, pidió la identificación de los trabajadores que prestan sus servicios en los Centros de la Mujer. Un dato que carece de interés, salvo el de su número que podría justificarse para comprobar la cobertura pública que presta la región andaluza a los actos de violencia de género. Pero a Vox eso no le interesa. Prefiere tener los nombres y apellidos de las personas que luchan por evitar las agresiones sexistas, quien sabe con qué oscuras intenciones.

Ahora le ha llegado el turno a la Comunidad de Madrid, con el escrito presentado, este martes, por Rocío Monasterio a la Asamblea de Madrid, en el que solicita la actividad formativa, informativa o de otra índole, desarrollada por COGAM desde 2015 hasta la fecha actual. En dicha solicitud pide que se detalle la fecha de celebración, el centro en el que se realiza, el temario o información trasladada, la descripción de la actividad, las clases a las que fue dirigida y el nombre y apellido de los ponentes que intervinieron.

Es necesario recordar que COGAM es la organización que capitaneó el recordado Pedro Zerolo y que la necesidad de saber de Rocío Monasterio coincide con la fecha de la muerte del socialista, 2015.

La de Vox seguro que conoce los datos públicos de esta organización no gubernamental, inscrita en el Registro de Asociaciones en 1986, y declarada de utilidad pública desde 2005. Seguro que ya conoce bien los fines de la organización que no son otros que la defensa de los derechos humanos. Trabajar por una sociedad plural y respetuosa. La búsqueda de la equiparación legal y social de todas las personas independientemente de su orientación sexual. La eliminación de comportamientos homófobos, trásnfobos, y bífodos, así como la eliminación de cualquier tipo de discriminación a los enfermos del VIH.

Seguramente Rocío Monasterio ya sabe que COGAM es miembro de ILGA (International Lesbian, Gay, Bisexual, trans and intersex association) y que forma parte de FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexual y Bisexual), y CESIDA (Coordinadora Estatal del VIH. Sida).

Ahora Vox en general y Rocío Monasterio en particular quieren saber qué colegios han utilizado los servicios de COGAM y qué ponentes han acudido a realizar las actividades. ¿Cuál es el objetivo? seguramente el que todos estamos pensando. Es muy curioso que Vox se preocupe por una organización creada por quién más luchó por los derechos LGTBI. Por quien más consiguió en favor del colectivo LGTBI, y no pregunte por CRISMHOM (Cristianos y cristianas de Madrid LGTB+H) o por el equipo de natación de HALEGATOS.

La explicación puede ser el "ladrillo rosa" entregado al Obispo de Alcalá de Henares "por haber impartido supuestamente cursos para curar la homosexualidad", o el intentado entregar por dos veces a la consejera del PP Miriam Rabaneda, entre otras cosas "por negar el cambio de nombre de las personas transexuales en las tarjetas sanitarias". Incluso en su día se le concedió uno a Jaime Mayor Oreja, por "sus posturas contrarias a la igualdad, diversidad y avance social".

Lo cierto es que el nombre del colegio y el nombre del ponente es un dato absurdo para cualquier estudio, que se precie de serlo, y que esté relacionado con el colectivo LGTBI. Eso sí, esta noticia, probablemente sin querer, nos hace recordar a la dictadura franquista, la Gestapo e incluso la persecución inquisitorial.

¿Cuál será la próxima?

DCLM