Insatisfechos

Cuatro de cada diez españoles están insatisfechos con su estilo de vida y los que están satisfechos aseguran que necesitan bajar un poco el ritmo. Lo curioso o lo dramático es que a las preocupaciones habituales, el trabajo, los niños, la economía, la dificultad de conciliar la vida profesional y familiar, las relaciones entre parejas, se unen ahora algunas de nuestro tiempo como quedarse sin conexión a Internet, sin batería en el móvil, no salir favorecidos en las fotografías de los perfiles sociales, perderse algo de lo que pasa y no tener el perfil actualizado. También preocupa no alimentarse adecuadamente. ¡Socorro!

Lo peor es que la insatisfacción puede convertirse en adicción. Si acudimos al terapeuta y nos receta una vida más pausada, dar importancia a las cosas que en realidad la tienen, ocuparse de los problemas en vez de preocuparse, mirar la puesta de sol, amar, disfrutar cada minuto…lo más probable es que esas necesidades se añadan a nuestras insatisfacciones en caso de no poder cumplirse: me quedo sin batería y ahora no puedo subir a las redes esta puesta de sol o ¿quien es capaz de ocuparse de un problema importante sin preocuparse? Sálvese quien pueda. Otra cosa curiosa: los canarios están entre los españoles más insatisfechos. Y es que la vida en las islas también se ha acelerado en contra de la naturaleza y de lo que allí reclama el clima.

Ahora llegan las vacaciones y puede que muchos de los que tratan de huir de su estrés laboral estén deseando salir también lo antes posible de las aglomeraciones de las playas, volver a la rutina en las ciudades.

Un poco de paz amigos. Paz y amor. Puede que no nos vengan mal estas palabras de Amin Maalouf en su libro “Samarcanda”: 

“En nuestros días, los viajeros tienen demasiada prisa, prisa por llegar, por llegar a toda costa, pero no se llega solamente al final del camino. En cada etapa se llega a alguna parte, a cada paso se puede descubrir una cara oculta de nuestro planeta, basta con mirar con desear con amar.”

DCLM