Prueba, error, los pepinos y los helados

No es fácil en nuestros tiempos hacerse una idea de lo que es bueno o malo para el ser humano y puede llegar un momento en que miremos con cierto recelo todo lo que oímos, lo que nos dicen los expertos o lo que se vende en los supermercados. A veces los mensajes son contradictorios con nuestras costumbres. Un especialista asegura ahora que los helados terminan dando calor al cuerpo y que consumir alimentos calientes y picantes nos enfrían. Dice también que no solo hidrata el agua, el té, el café o las bebidas no azucaradas sino también sólidos como las fresas, los pepinos, al calabacín, el apio, la lechuga, el melón o la sandía. Dice el doctor Ordovás de la Fundación Gadea que durante el verano suele disminuir el gasto de calorías y desmiente el mito de que sudar adelgaza.

Realmente tenemos un cuerpo caprichoso que se calienta si le damos frío y se enfría si le damos calor. Lo peor es que la mayoría de los seres humanos hemos cambiado la capacidad de escuchar a nuestro cuerpo por la de satisfacer nuestras adicciones, de manera que si hacemos caso a los caprichos de nuestra mente estamos fritos, es decir que podemos morirnos de frío.

También se supone que existe el sentido común, una directiva que adaptamos a nuestros caprichos, de manera que cada uno debe organizarse siendo de verdad sincero, observando su cuerpo, escuchando a quien se supone entiende del tema y, finalmente, siguiendo la norma de la prueba y el error hasta ir dando con la piedra filosofal que mejor nos sirva a cada uno, en cada caso.

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