Dos que sí han cambiado: Casado y Rufián

Cuando llegó a la presidencia del PP, su "padre político" José María Aznar le aconsejó que fuera lo más duro posible, que utilizara la guerra dialéctica, el insulto y el extremismo para ganar el terreno a Santiago Abascal y a Albert Rivera. No fue obviamente un buen consejo. Su intervención en Cuenca, en febrero de este año batió todos los records de insultos de un político: 19 en un minuto, "traidor, felón, ridículo, ocupa, incapaz...". 

No le fue bien a Casado. En las últimas elecciones perdió nada menos que 71 escaños, pasó de 137 a los actuales 66. En los últimos meses, Pablo Casado ha desaparecido del planeta. Puede que haya pasado una temporada meditando en el Tibet. Y ha cambiado sus discurso, un tono más pausado y mucho menos agresivo.

Otro que ha cambiado es Gabriel Rufián, el líder de los independentistas catalanes de la plataforma "Súmate", portavoz de ERC en el Congreso. Aún se recuerda su expulsión del hemiciclo tras tres apercibimientos de Ana Pastor:

Este hijo de padre de Alcaudete (Jaén) y madre de Turón (Granada), uno de los principales líderes del independentismo catalán, también ha cambiado. Su discurso durante la fallida investidura de Pedro Sánchez fue uno de los más razonables y moderados del hemiciclo.

Madrurez o estrategia, cambiar es posible. A ver si toma nota el de "la banda".

elObservadorDCLM