Los órdagos y el abismo, la obligación de formar gobierno y la dictadura de los reyezuelos

Nos estamos acostumbrando a situaciones intolerables. España debe tener gobierno ya y los políticos deben asumir esa obligación por encima de todo. Los votantes de izquierdas no quieren elecciones, los de la derecha sí porque PP, Ciudadanos y Vox ven una oportunidad en noviembre para sumar los escaños suficientes.

Ahora mismo, los responsables de que no tengamos gobierno en España son todos los partidos, el PSOE, el PP, Podemos y Ciudadanos. Los socialistas porque son los únicos que pueden formarlo y el resto porque resultan absolutamente necesarios. Pedro Sánchez no puede ser investido sin apoyos o abstenciones. Órdagos, abismos, egos, deseo de poder separan a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a quienes sus votantes les exigen que alcancen ya un acuerdo. Existe otra variable: ¿debe un presidente dar competencias importantes de su gobierno a un partido en el que no confía? Parece que ahora mismo no les separa tanto la ideología como la falta de química, el programa como los cargos. Es intolerable la falta de confianza que, con sus órdagos, ha sembrado Pablo Iglesias para facilitar la formación de un gobierno de izquierdas o de progreso porque un gobierno y más uno de coalición necesita dosis muy elevadas de confianza entre sus socios: el diálogo es importante para alcanzar el acuerdo de investidura, pero lo es mucho más para gobernar cuatro años. Que se lo cuenten a Page con los presupuestos de 2017 cuando Podemos votó con el PP en las Cortes Regionales. 

El panorama de la derecha es aún más desolador. Por encima de sus demostraciones de haberse transformado en reyezuelos que eliminan a los críticos en sus propias filas y se rodean de personas afines que jamás les van a enmendar sus decisiones, líderes como Albert Rivera se convierten en seres infalibles instalados en sus errores y cada vez más cerca de su propio abismo. 

Es intolerable que partidos como el PP y Ciudadanos estén alertando cada minuto contra un posible gobierno del PSOE y Podemos con los nacionalistas y negarse al tiempo a abstenerse. Ni comen ni dejan comer porque quieren elecciones. Es intolerable la arrogancia de sus líderes, en particular la de Albert Rivera que en vez de presidir un partido social y demócrata, se ha convertido simplemente en el enemigo de Pedro Sánchez. Su política es, sencillamente, oponerse a Sánchez y aprovechar todo lo posible el independentismo. Un partido impertinente y simple.

Ya está bien de anteponer los intereses personales o de los partidos por encima de los intereses generales. Los ciudadanos no somos conscientes de todo lo que estamos perdiendo, todo lo que está paralizado debido a la falta de Gobierno, presupuestos que se traducen en políticas sociales, en dependencia, en financiación de las Comunidades y los Ayuntamientos. No se puede consentir la parálisis ante un escenario incierto en España y en Europa donde órdagos y abismos parecen acercar a un Brexit duro que sitúe al Reino Unido fuera de todos los acuerdos comunitarios y a una situación de consecuencias imprevisibles en la Unión Europea. El Brexit duro de Donald Trump y Boris Johnson.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez ganaron la moción de censura contra Rajoy y ahora, por su falta de entendimiento, pueden favorecer que vuelvan los mismos con distintos collares: ¿alguien duda que si hay elecciones y la derecha suma formarían gobierno?

elObservadorDCLM