Morir por respirar aire contaminado

Un estudio reciente alerta de las muertes provocadas por la contaminación urbana. La investigación, en 650 ciudades del mundo, vincula el nivel de partículas en el aire con la mortalidad diaria de niños, personas mayores o enfermas. Los científicos participantes han puesto el foco en dos tipos de partículas en suspensión en el aire, emitidas principalmente por los tubos de escape de los vehículos: las PM10, procedentes también de obras de construcción y actividades industriales, que son capaces de penetrar hasta el último rincón de nuestros pulmones y las PM2’5, más pequeñas aun que las anteriores, generadas por la combustión, y que llegan hasta nuestro sistema sanguíneo.

Los datos muestran que la concentración media anual de PM10 en las ciudades estudiadas fue de 56 microgramos por metro cúbico entre 1986 y 2015 y que un incremento diario de 10 microgramos, relativamente habitual, causaría un aumento del 0’44% de las muertes diarias por todas las causas, con una subida del 0,47% de las muertes por problemas respiratorios y con un 0’36% más de fallecimientos por patologías cardiovasculares. En el caso de las PM 2’5, la concentración anual superó los 35 microgramos por metro cúbico y se cree que un incremento de 10 microgramos aumentaría un 0’68% la mortalidad por todas las causas, una subida del 0’55% de las muertes por problemas respiratorios y del 0’74% de las muertes por patologías cardiovasculares. “Puede parecer un riesgo pequeño, pero a nivel poblacional es muy grande. Es un riesgo al que estamos expuestos todos” (…) “Los principales afectados son personas mayores o con patologías previas, la contaminación es el detonante. Hace que mueran días, meses o incluso años antes”, asegura uno de los autores del estudio.

En España, miembros de la Escuela Nacional de Sanidad, calculan en alrededor de 100.000 las muertes atribuidas a la contaminación atmosférica en la última década, unas siete veces las causadas por accidentes de tráfico. Para la doctora María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “Si posponemos las medidas políticas para reducir la contaminación, tenemos que asumir que estamos hablando de mortalidad”. Centrándonos en la Unión Europea (UE), esto se traduce en que la contaminación atmosférica causa alrededor de 400.000 muertes anuales, generando unos costes relacionados con la salud de miles de millones de euros. Entre los contaminantes, la OMS identifica además de las partículas PM10 y PM2’5, el dióxido de nitrógeno (NO₂), el dióxido de azufre (SO₂) y el ozono troposférico (O₃) como los contaminantes atmosféricos más perjudiciales para la salud humana.

La situación en Castilla La Mancha

En el caso de Castilla La Mancha, el informe de Ecologistas en Acción ‘La calidad del aire en el Estado español’, basado en los datos del año 2018 de 26 estaciones de control de la contaminación pertenecientes a las redes del Gobierno regional y de distintas instalaciones industriales, desvela que el ozono troposférico o ‘malo’ ha afectado a todo el territorio regional, con casi todas las estaciones registrando superaciones elevadas del valor octohorario (cada ocho horas) recomendado por la OMS. Más de la mitad de las estaciones han presentado más de 75 superaciones. Es decir, que si les se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante, solo en 2018 la mayoría de las estaciones castellanomanchegas habrían sobrepasado todas las superaciones admisibles durante tres años. Las consecuencias son evidentes: en Castilla La Mancha, según las estadísticas oficiales, se estarían produciendo alrededor de 2700 muertes prematuras como consecuencia de la mala calidad del aire que respiramos.

El cuadro general que presenta Castilla La Mancha, según Ecologistas en Acción, es el de dos zonas con una elevada contaminación. Una de ellas estaría situada al norte, caracterizada por contener una gran actividad industrial y un elevado número de kilómetros de carreteras y autovías con intensidad de tráfico, y en cuyo interior existen importantes núcleos de población como Guadalajara, Toledo, Azuqueca de Henares y Talavera de la Reina). La otra sería al sur, delimitada por el área industrial de la comarca de Puertollano. Aunque también Albacete, Ciudad Real y Cuenca padecen amenudo episodios contaminantes.

La contaminación emitida desde ambas zonas y desde la Comunidad de Madrid se extiende por el resto del territorio en la forma de ozono troposférico, afectando a lugares alejados de estos focos de emisión, como las zonas rurales del interior, especialmente a sotavento de los grandes focos emisores de los contaminantes precursores del ozono.

Como consecuencia, según las recomendaciones de la OMS y la legislación vigente, toda la población de Castilla-La Mancha respira un aire perjudicial para la salud, que se ve agravado en el caso de los municipios que integran la comarca de Puertollano por la excepción que supone su complejo petroquímico afectando la mala calidad del aire a la totalidad del territorio.

Según María Teresa Baeza, profesora de la Escuela de Ingeniería Industrial de UCLM, “la contaminación es como una olla de cocido en la que se cocinan varios ingredientes, en este caso los tubos de escape, las chimeneas industriales de las que salen contaminantes como el NOX, los compuestos orgánicos… Todos estos contaminantes son perjudiciales por separado y afectan a nuestra salud al respirarlos, pero en la atmósfera se cocinan como el cocido en su olla y se empiezan a mezclar y a transformar en otros contaminantes como el Ozono que pueden llegar a ser más perjudiciales para nuestra salud”. Lejos de lo que pensamos, en nuestras zonas rurales también hay riesgos porque las partículas contaminantes son trasladadas por el aire y sobre un cielo aparente limpio de contaminación se estaría produciendo ese efecto ‘olla de cocido’. Además, está el riesgo de la presencia de Ozono, que no tiene color, pero es perjudicial porque en la baja atmósfera actúa como oxidante.

Puertollano como referente de contaminación atmosférica

En Puertollano, la contaminación atmosférica es una constante por la concentración de tráfico en su centro urbano y por la proximidad del complejo petroquímico. Aunque la situación se ha aliviado algo desde que echaron el cierre las centrales térmicas que quemaban carbón, en los periodos de anticiclón, frecuentes en la Comarca, la situación es de extrema gravedad porque el aire no desplaza la boina contaminante y la lluvia no limpia la atmósfera.

Aquí, colectivos ecologistas y entidades vecinales vienen reclamando desde hace una década que se haga un estudio epidemiológico que analicen las distintas partículas contaminantes y como afectan a la salud de los puertollaneros. También se reclama que sean públicos los datos de ingresos hospitalarios coincidentes con los episodios de mayor contaminación y cuántos de estos ingresos tienen sintomatología respiratoria.

En 2010, la Sociedad Española de Alergología publicó un estudio coordinado por el Hospital Santa Bárbara de Puertollano en el que se comparaban los datos con los de la capital de provincia para conocer si los factores contaminantes agravaban los síntomas de los pacientes alérgicos. Los datos del estudio fueron concluyentes: en Puertollano había un 20% más de ingresos hospitalarios por afecciones alérgicas y respiratorias que podían derivar en broncopatías e incluso enfermedades dermatológicas. La causa directa de este incremento estaba relacionada con la presencia del complejo petroquímico.

M. Félix de San Andrés