La desvergüenza de Ortega Smith (Vox)

Solo la osadía y la falta de ética y moral de algunas personas les dejan mentir con alevosía, mancillar un recuerdo e insultar a quien ya no se puede defender. Ese es el talante del secretario general de Vox, Francisco Javier Ortega Smith, diputado por Madrid y concejal electo del Consistorio de la capital, que sin escrúpulos ni miramientos se ha atrevido a calumniar a los represaliados de la Guerra Civil. La historia que tuvo silenciada durante 40 años el franquismo, que salió a luz en democracia y de la que se dieron detalles gracias a la Memoria Histórica. Algo imperdonable para quien pretende resucitar a "la momia" en lugar de exhumarla. 

No fue suficiente con quitarles la vida, junto a una de las tapias del cementerio de La Almudena, el 5 de agosto de 1939, sin más razón que la de la libertad de su pensamiento. Ahora Ortega Smith viene a afirmar algo que no consta en el expediente carcelario que llevó a las 13 rosas a ser fusiladas. Que de haber existido se hubiese hecho constar en los “hechos probados de la sentencia”, como se llegó a hacer constar el encuentro de las amigas en la estación de metro de Rio Rosas. Que solo es fruto de su imaginación. ¿Cómo puede probar sus mentiras Ortega Smith? Esa descabellada afirmación de que 13 mujeres, 9 de ellas menores de edad, torturaban, asesinaban y violaban vilmente a hombres hechos y derechos que estaban o habían estado en el frente de guerra. ¿Cómo les violaban?

Pocas afirmaciones causan tanto daño a la sensibilidad humana, como afirmar que "Se ha mentido sobre las 13 rosas, que lo que hacían era cometer crímenes brutales","torturaban, asesinaban y violaban vilmente ..." cuando la documentación sí deja constancia de que las menores fueron torturadas en la comisaría de Vallecas. Encarceladas y hacinadas en la prisión de Ventas, con capacidad para 450 internos que llegaban a ser en aquel momento más de 4.000. Para ser finalmente fusiladas en el cementerio de la Almudena. Fueron muchos testigos en ese lamentable recorrido.    

En los "hechos probados" de la sentencia en todos los casos aparece como causa del procesamiento su pertenencia a las Juventudes Socialistas. En el caso de Carmen, se especifica que además "trabajó para la colectividad" y "confeccionó trabajos para la sección femenina”. Luisa era jefa de grupo de las JS. Julia había sido secretaria de deportes de las JS, pero tuvo que dejarlo para ser cobradora de tranvía. En la propia sentencia que llevó a la muerte a 43 personas queda escrito en una de las encausadas "aparece solamente afiliada al círculo de Aída Lafuente y a las escuelas "Alerta". Aída Lafuente, fue una militante comunista que murió en Oviedo, antes del inicio de la Guerra Civil, el 13 de octubre de 1934. Ese era el delito cometido. El resto de las asesinadas, Blanca, Martina, Elena, Pilar, Adelina, Virtudes, Ana, Joaquina, Victoria y Dionisia, no tienen en su expediente más causa que pertenecer a las Juventudes Socialistas.  

El fallo de la sentencia es taxativo: "Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426 que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra los procesados (43 en total) responsables de un delito de adhesión a la rebelión. Fallamos y debemos condenar y condenamos a cada uno de los acusados a la pena de muerte". La sentencia firmada por los responsables de la época muy cercanos ideológicamente al diputado de Vox, no habla de violaciones, torturas ni asesinatos, sino de ese delito inventado por la dictadura: “Adhesión a la rebelión”. Una figura jurídica injusta cuyo significado era justo el contrario a la realidad, porque los acusados a los que se les aplicaba, simplemente defendían la legislación vigente. El ejército rebelde siempre fue el que se alzó en armas con Francisco Franco a la cabeza.  

¿Qué elementos de prueba tiene el diputado de Vox para decir lo contrario?

Es intolerable y no se debe consentir que se siga alterando al antojo de algunos la historia de España. Por ello y por Julia, Blanca, Carmen, Martina, Luisa, Elena, Pilar, Adelina, Virtudes, Ana, Joaquina, Victoria y Dionisia. "Que vuestro nombre no se borre de la historia". 

P. Moratilla