Barcelona-Real Madrid, adoquines e incendios

Una cosa es evitar la dramatización excesiva y otra mirar para otra parte como si no pasara nada. Una cosa es criticar a las fuerzas del orden por su “brutalidad” al intentar mantener el orden público y otra que se impida el normal funcionamiento de carreteras, trenes, aviones...Otra cosa es que lancen contra la policía ácido, adoquines, objetos de metal, quemen contenedores y otros materiales urbanos.

Ni excederse, ni perderse por delicadeza pero el problema empieza a resultar ya tan grave que debe afrontarse desde la calma y desde la contundencia más absoluta antes de que las culpas que se lanzan unos a otros se carguen con alguna víctima. Siete policías resultaron heridos en la noche del viernes, dos de ellos graves.

¿Tendrán en algún momento Torra y el huído cargo de conciencia, serán capaces de entonar un mínimo mea culpa por la que están organizando hace años en Cataluña? De momento, estos vendedores de humo, falsos profetas de la independencia, han sembrado entre sus ciudadanos la semilla de la discordia, las calles son un hervidero y ya nadie sabe en qué va a terminar todo esto.

Y, por si fuera poco, “el clásico”, Barcelona-Real Madrid. Iba a celebrarse en el Camp Nou el sábado 26, el mismo día en que los CDR han convocado una manifestación en Barcelona. Las autoridades consideran que un evento de tal magnitud, un partido de alto riesgo, requiere que los recursos de seguridad sean los más estrictos para asegurar cierta normalidad. Por eso han decidido trasladar el partido al 18 de diciembre en el mismo campo del Barcelona.

En el lado de “tranquilos, no pasa nada”, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha defendido que el partido se juegue "en el campo y el día previsto" y en un clima "de normalidad". Ha añadido que le "gustaría" que el clásico del fútbol español pudiese celebrarse y que, a su vez, la gente se pueda "manifestar sin violencia". "Creo que el fútbol hermana mucho. Es bonito ver a las aficiones aplaudiendo al equipo contrario, y eso lo hemos visto. Hemos visto enfrentamiento entre jugadores pero también su amistad. Ojalá podamos ver eso", ha añadido Iglesias.

La entrada en el Camp Nou supera los 99.000 espectadores. Una cosa es sembrar alarmismo sin motivo y otra anticiparse con prudencia a posibles escenarios en que no sea todo amistad, manifestarse sin violencia y aplauso sincero ante las bellas acciones del equipo contrario.

elObservadorDCLM