Casado, el de la porra

Si alguien quiere cambiar de autenticidad en poco tiempo solo es cuestión de maquillaje: valen las máscaras tan antiguas como el instante en que el ser humano descubrió que podía “ser otro”. Es sabido que los primeros en usarlas fueron los griegos y pronto las adoptaron los actores de teatro para similar ser personajes diferentes a los que en realidad eran. Aquellas máscaras tenían pelo, orejas y barba.

A Pablo Casado no le fue bien su rostro recién salido de la fábrica popular, gracias al inestimable apoyo de Cospedal para sustituir al maltrecho Rajoy plagado de corrupción y de fracasos políticos y económicos en sus gobiernos. Así nació un Pablo Casado sin barba y sin pelos en la lengua, capaz de insultar diecinueve veces a Pedro Sánchez en menos de un minuto. 

No le fue bien a Casado con semejante agresividad, desapareció una temporada y volvió con nueva máscara donde había crecido una barba bien recortada y una imagen moderada.

Pero Casado sigue siendo el mismo, el mismo que siempre ha sido el PP. Antes de empezar la campaña electoral se descubrió una trama en la calle y en las redes sociales en la que se invirtieron miles de euros para que los votantes del PSOE no acudieran este 10N a las urnas. Una campaña efectiva, en Facebook y con miles de carteles pegados en paredes, que incidía en el malestar de muchos electores de la izquierda por no haber alcanzado Sánchez e Iglesias un gobierno de progreso para España. Que a muchos les molesta volver a las urnas, pues la idea es incidir en eso: que se queden en su casa quienes votan a PSOE y Podemos, pero que voten los fieles al Partido Popular.

La guinda más rastrera la ha puesto Casado este domingo al asegurar que “A Sánchez le interesaba la violencia en Cataluña para aparecer como el de la porra envuelto en la bandera”.

La acusación es detestable, no solo por resultar rastrera y absolutamente falsa sino porque es una de esas frases que quitan la careta a quien la pronuncia y desnuda sus propias estrategias, que en esta caso también apuntan al maltrecho líder de Ciudadanos: envueltos en la bandera para salvar a España de Cataluña.

elObservadorDCLM