El trasvase, "un toro lleno de pinchazos y banderillas; moribundo".

En Murcia siguen su camino en las protestas contra el nuevo Plan Director de la Red Natura 2000 anunciado por el Gobierno de Emiliano García-Page, al que definen como la "condena de muerte" del trasvase Tajo-Segura, sin tener en cuenta las palabras de su paisano Manuel Mirón, ex-funcionario de la Confederación Hidrográfica del Segura durante 46 años, que define la infraestructura franquista como "El trasvase 

En su vicio de quejarse desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Murcia, afirman con rotundidad que "si no fuera por las continuas amenazas y agresiones respecto al trasvase, por las medidas adoptadas por la ministra, durante el último año hidrológico podría hablarse de un funcionamiento normal del trasvase Tajo-Segura en aplicación del Memorándum". 

Aun así el PP de Murcia ha pedido al Gobierno de España que recurra a través de la Abogacía del Estado, el Plan Director de la Red Natura 2000, de Castilla-La Mancha, que a su juicio "pretende finiquitar el trasvase". El PP lo ha hecho de momento en el Asamblea Regional, pero tiene la intención de presentarlo como moción a las Cortes Generales, así como en todos los Ayuntamientos de la Región de Murcia. 

Los regantes del Levante se organizan correctamente para exigir lo que "consideran suyo" contra natura, pero no se puede decir lo mismo cuando el objetivo no es recibir sino dar. 

TRASVASE JÚCAR-VINALOPÓ

En 1998 José María Aznar de presidente de Gobierno y Eduardo Zaplana como presidente de la Generalitat Valenciana, se llegó al acuerdo de realizar las obras necesarias para construir el trasvase Júcar-Vinalopó y favorecer de esta manera a los regantes de Alicante.

En aquel momento se invirtieron más de 400 millones de euros para una obra que aún no se ha puesto en funcionamiento, salvo para riegos de emergencia. 

Todo cambió en 2005 siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, cuando decidieron cambiar la toma del agua del trasvase que se trasladó, con buen criterio, desde el inicio del río en la provincia de Cuenca tal como estaba previsto inicialmente, hasta Cullera (Valencia), es decir en la desembocadura, algo que los regantes alicantinos no estaban dispuestos a tolerar por ser el agua de peor calidad, aunque la idea del PP con Aznar y Zaplana privaría de ciertas dosis de agua a las provincias de Cuenca y Albacete.

Este es el motivo que mantiene la obra paralizada y que nos lleva a pensar ¿Qué ocurriría en el Levante español si en lugar de llevarse el agua de la cabecera del Tajo, se la llevaran de la desembocadura en Portugal? Con toda probabilidad habría muchos menos problemas de suministro, porque allí sí serían de verdad las aguas excedentarias del Tajo, como lo serían en Cullera del Júcar.  

Regantes Valencianos y Alicantinos, no son capaces de ponerse de acuerdo en la apertura de una infraestructura, según su criterio necesaria, pero aun así pretenden que desde Castilla-La Mancha se esté de acuerdo en que antes de atravesar el agua del Tajo la región, siendo útil en su recorrido, se vaya limpia y cristalina a la Región de Murcia, para ser utilizada con pesticidas y fungicidas que van a parar al Mar Menor.

Aun así se sigue hablando de atropellos por parte de la ministra de Transición Ecológica, mientras su presidente, López Miras, aprovecha la ocasión para utilizar la infraestructura en cualquier movimiento político y ahora llega el turno de negar los apoyos a la constitución del Gobierno de Pedro Sánchez.

Eso sí... la UPA sigue hablando de "normalidad" en el funcionamiento de esta infraestructura llena de "pinchazos y banderillas, moribunda". 

P. Moratilla