Volver al armario por navidad

Llegamos al final del año: las luces adornan las calles de nuestros pueblos y ciudades, se aproxima nochebuena y es difícil reservar un restaurante para cenas de empresa. En muchos hogares se ha vuelto a sacar el árbol de navidad y el belén. Quienes están lejos ya reservan billetes de vuelta o planifican su regreso a casa. 

Son fechas de reencuentro, aunque en esto algo hemos cambiado. Es un hecho que cada vez se reúnen en la misma mesa más formas de familia, pero también que aún hay espacios en los que ser homosexual, bisexual o trans hace que el reencuentro signifique una vuelta al armario, tradición que se resiste a cambiar.

Porque llega un tío que no ve muy bien eso de los gais, porque tu abuela no lo va a entender, porque la familia de tu madre es más tradicional o porque en casa solo entra la familia, si eres LGTBI o si tu pareja es del mismo sexo volver a casa por navidad supone volver al armario. 

La presión para ser quien no eres genera inseguridad, incomodidad y una profunda antipatía hacia esos momentos en los que tienes que aparentar u ocultar una parte de ti. ¿Cómo explicar a tus abuelos que Rocío, que vendrá por navidades contigo, no es en realidad tu novia, sino solo tu amiga? ¿Cómo explicará Roberto que Julio es su novio y no sólo su compañero de universidad? Explicar lo evidente -que no todas las personas somos heterosexuales- aún hoy sigue siendo necesario en la sociedad y en las familias. 

Tenemos que decirlo también en navidad: volver al armario es una tradición no deseada por ninguno de nosotros ni de nosotras y tenemos el derecho de vivir estas fiestas junto a la familia, junto a quienes queremos y con quien nos quiere, porque de eso van las navidades. 

A pocas semanas para que el nuevo año haga su entrada podemos hacer que estas fiestas las disfrutemos todos y todas por igual; que estas fiestas ser LGTBI y volver al pueblo con toda la familia sea encontrar un espacio donde poder ser visibles tal como somos. 

Salir del armario (si estás en este momento)

Vuelves a casa o llega tu familia a la tuya, y piensas que tal vez debas contárselo. Salir del armario es un momento muy personal y no hay fórmulas que lo hagan fácil. Seguro tienes razones para hacerlo (muchos te hemos contado la verdad: que “fuera” se vive mejor) pero para ti aún no ha llegado el momento. 

Cuando nos sentimos presionados nos enfrentamos peor a las reacciones de nuestro entorno, así que si te sientes obligado u obligada mejor espera: el momento lo eliges tú. Lo más probable es que ya intuyas cómo pueden tomárselo, de modo que puedes empezar por aquellas personas de tu familia con quienes más confianza tengas. 

Es importante que te sientas cada vez más cómodo/a afirmando tu orientación sexual. Para superar el miedo al rechazo o situaciones desagradables (lo que explica que aún no se lo hayas contado a las personas más cercanas) puedes apoyarte en activistas, personas visibles o las asociaciones LGTBI. El primer paso es empoderarte a ti mismo/a: para ello busca referentes (hay lecturas como el juvenil Este libro es gay, de J. Dawson, o el de Gabriel J. Martín, Quiérete mucho, maricón, que te pueden venir extraordinariamente bien) y cuando estés preparado/a, habrá llegado el momento de decirlo. Porque quienes lo hemos hecho antes que tú también hemos sentido miedo y le dimos mil vueltas; también tuvimos que dar el paso en muchos momentos y aún seguimos (¡y seguiremos!). Cuando llegue tu momento acuérdate de nosotras y nosotros, quienes te decimos que tienes derecho a vivir quién eres y que estamos aquí, que somos también tu comunidad.

Agustín Mora Palomares

Secretario LGTBI y de diversidad – PSOE Ciudad Real