El pérfido nacionalismo

Considerado en frío, imparcialmente, el nacionalismo reivindicativo reúne lo peor de cada casa. Populismo, ombliguismo, insolidaridad, falsedad, ventajismo, violencia, poco o nada bueno excepto para los líderes políticos que enarbolan esas banderas y utilizan esas tácticas para conseguir los votos de buena parte de los ciudadanos de su territorio. Utilizan también en chantaje político y reciben un mejor trato que el resto de las regiones porque, de lo contrario, utilizan todos los medios políticos y de comunicación a su alcance para lanzar a la calle a los ciudadanos, aumentar el enfrentamiento y los límites de las protestas. Crean un monstruo que se les va de las manos porque en su estrategia siempre deben protestar más alto y luego se las lavan como si los responsables de la violencia generada siempre fueran los otros.

El nacionalismo es insolidario porque lo que realmente pretende es conseguir ventajas económicas de sus territorios sobre otros. Para ello sus líderes utilizan argucias, entre ellas la pugna con los demás territorios o con el gobierno del Estado. Al conseguir esas ventajas, muestran el camino a otros territorios que también protestan y siguen estrategias populistas para no convertirse en regiones olvidadas.

Por todo ello es realmente perverso que los nacionalistas sean necesarios para la formación de gobiernos en España. 

elObservadorDCLM