El pin parental en la familia pepera o los tres hijos de Aznar

Lo que quiere prender Vox en las solapas de los padres de España es algo que lleva ensayando el PP desde la caída en desgracia de Mariano Rajoy. El padre de familia, José María Aznar, fraguó una estrategia diversificadora tras la  moción de censura que llevó al gobierno a los infieles. El ex bigote humeante de la Faes alumbró tres hijos con la intención de reunir los votos que se iban a escapar debido a la condena pública del PP por corrupción. Esta vez se habían pasado durante más de veinte años y les habían pillado con las manos en la masa. El padre de la materia gris decidió sacar de la manga a dos nuevos partidos que ya formaban parte de la masa encefálica del PP: Vox y Ciudadanos que no estaban manchados por la corrupción. La intención era reunir luego los votos del denominado trifachito y aminorar pérdidas, es decir expansión-compresión. Colocó al primer hijo a la derecha del padre, al segundo en el centro y al tercero en el librecambio. Este último hijo le salió díscolo porque, como los ángeles rebeldes, se pensó que él solo era capaz de alcanzar la gloria aprovechando al máximo el antiseparatismo catalán del que se nutría. No le salió la jugada y Albert se convirtió en un ángel caído, errante y expulsado de la cúpula celeste. El segundo hijo de Aznar, el Caín, era un militante del PP que siempre vivió de lo público. Santiago y cierra España fue el encargado de rellenar el hueco de la ultranación, la España cavernícola, machista, nacional-catolicista y de los cojones más grandes que los tuyos. El tercer hijo fue también en parte fruto de la falta de amor entre Cospedal y Soraya: Pablito Casado, el errante, el de las dos caras, el que se dejaba la barba igual que su padre Aznar se afeitaba el bigote para dar un susto de muerte cada vez que aparecía por Génova. A Casado le traía loco. El niño carecía de criterio propio, un día le decía su padre "aprende de tu hermano Santiago" y otro,"tu tranquilo que para eso ya tenemos a Vox", ahora insulta, ahora baja los humos. Así iba aplicando el padre José María el pin parental a sus tres hijos para mayor estupor y soponcio  de un partido político que un día fue sólido, convertido ahora en un tripartido que de nuevo pretendía unificar bajo el riesgo cierto de quedarse hecho pedazos. 

El pin parental del padre Aznar contaba con el inestimable apoyo de numerosas cabeceras incendiarias de medios de comunicación madrileños que también ansiaban con volver al reino de los cielos.

¿Lograrían echar a los filocomunistas del paraíso perdido?

elObservadorDCLM