El martillo pilón de la inquina como única aportación política

Desde que María Dolores de Cospedal impuso su forma de hacer política en Castilla-La Mancha, el Partido Popular no ha levantado cabeza. Hubo otros tiempos en que los populares ejercían una política más seria basada en hechos reales, ofreciendo trabajo, ideas o alternativas posibles, hasta que el estilo del ataque permanente, del enorme desprecio y las escasas dosis de elegancia política se fue imponiendo a través los célebres argumentarios elaborados con la máxima inquina posible. Se trata de confeccionar cada día y repartir entre los distintos portavoces las consignas que deben repetir como un martillo pilón, muchas veces al margen de la realidad, para intentar crear la sensación de que el Gobierno de García-Page todo lo hace mal. Eso sería lo de menos, resultaría una labor constructiva si ofrecieran datos reales sobre la dejadez del gobierno o su forma de realizar inversiones, porque es obvio que un gobierno, por mucho tesón que ponga y por mucho que conozca a su tierra, debe priorizar gastos y en el reparto del  presupuesto es normal que existan diferencias de criterios. Para eso están las ideologías que cada partido defiende y con las que se cuida, se olvida o se maltrata a diferentes estratos de la sociedad. Tras la etapa privatizadora de Cospedal da la sensación que el PP quiere ocultar las verdaderas y legítimas intenciones que se esconden tras su ideología y, en vez de explicar claramente si prefieren el agua para el Tajo o para los regantes murcianos; la educación privada y concertada a la pública; la sanidad privada o el apoyo a los sectores más poderosos y privilegiados de la sociedad, se dedican a lanzar permanentes diatribas a ver si la puesta en escena termina calando y se crea un ambiente en el que puedan obtener beneficios por el desgaste del contrario más que por defender su verdadero programa de gobierno. 

Pero ante todo, el afán del PP de la región debería ser siempre la defensa de Castilla-La Mancha, creando frente común con el gobierno el resto de los partidos políticos y las diferentes instituciones, empresarios y sindicatos.

Sean valientes, presenten sus propuestas y ayuden a construir y a mejorar Castilla-La Mancha.

elObservadorDCLM