El ridículo del PP de CLM cuando hace política nacional, sin saber hacer la regional

El panorama político sigue marcado por la insistencia de Cataluña en mantener su posición de ruptura con España. Algo que preocupa a los ciudadanos, pero mucho menos que el desempleo, la sanidad, la educación o los servicios sociales. Aun así los políticos se empeñan en llenarnos los periódicos con los movimientos de quienes entran y salen de la cárcel, que amenazan con repetir los delitos si no se busca una solución. Mientras esto ocurre algunos políticos, montan su circo particular.

El PP de la región solicitó en las Cortes de Castilla-La Mancha, una reunión con los 9 diputados nacionales del PSOE para buscar una postura común en la modificación del Código Penal, pero esta reunión sólo tenía un objetivo, aunque fuera subliminal, como ya hiciera con la investidura del presidente del Gobierno, el PP presionaba de nuevo para buscar (sin conseguir) la traición de los 9 diputados socialistas de Castilla-La Mancha, al presidente de Gobierno Pedro Sánchez, y aunque el PSOE nunca confirmó su asistencia a esta reunión, el PP convocó además a los medios de comunicación. 

Francisco Núñez se siente capaz de convocar, desconvocar y pedir el voto de los diputados socialistas, tal vez intentando emular un protagonismo que no le corresponde, al tiempo de considerar "marionetas" no pensantes a sus rivales políticos ¿Dónde están las reglas de juego y el respeto a las ideas y las decisiones políticas?

Las palabras del diputado por Toledo, Sergio Gutiérrez, dan buena cuenta de la explicación a este comportamiento del presidente del PP en CLM, cuando compara a Francisco Núñez, con Cayetana Álvarez de Toledo, y explica por enésima vez, “que sin un sí, es no", aunque de nada le ha servido al socialista aclararlo, porque al terminar este artículo se ha vuelto a hacer pública la re-convocatoria pública de Núñez a los 9 diputados socialistas.

Lo del PP de CLM es ¿Desfachatez? ¿Desvergüenza? Cada uno lo llamará de una manera, incluso habrá quien lo defina como "valentía", pero para quienes miramos la política desde fuera, no deja de ser una acción que lo que provoca es una enorme vergüenza ajena, y también propia a la hora de reconocer a los políticos con los que no cuenta Castilla-La Mancha. Un PP que no solo no reivindica ni reclama el agua para su tierra, sino que impulsa un basurero nuclear como algo positivo, mientras cobran sus sueldos a costa de estas gestiones, intentando hacer política nacional, cuando no son capaces de llevar a cabo las regionales.

Tal vez, los populares, demasiado ocupados en sus asuntos, no son capaces de buscar la empatía con los ciudadanos que les votan. Los mismos que depositan toda su confianza en quienes deberían llevar adelante las políticas económicas, sociales, laborales, educativas y sanitarias que son las que les preocupan realmente cada día y no las de Cataluña, que para eso está el Congreso de los Diputados. 

Pocos castellano-manchegos ven condicionado su pan diario a los problemas de Torra o Junqueras, aunque haya quien se empeñe en demostrar lo contrario. En el campo de Ciudad Real como en los Montes de Toledo, solo se habla de Cataluña o de Torra, por mera imitación o seguimiento de los telediarios. En Guadalajara, Cuenca  o Albacete, preocupa mucho más el precio de las cosechas, las vías de acceso a los núcleos de población, o los transportes que faciliten el movimiento en una región que cuenta con casi 80 mil kilómetros cuadrados con algunos de sus rincones muy despoblados, lo que encarece notablemente sus servicios públicos. Pero al PP le da igual, invierte su salario castellano-manchego en presionar a los diputados socialistas para dirigir su voto, como si los socialistas no tuvieran claro lo que tienen que votar y las políticas que quieren hacer.  

P.Moratilla