La indignidad de Pablo Casado y de Quim Torra

La destestable intervención de Pablo Casado tras el impecable relato de Pedro Sánchez sobre las medidas contempladas en el estado de alarma en la noche del sábado, nos devolvía por unos instantes al mundo de la farsa de los políticos infames que, en el peor de los escenarios reales, se empeñan en demostrar su mínima altura como profesionales y como personas, su absoluta carencia de autenticidad, su torpe e inútil intento de obtener rédito político en medio de una situación crítica y en uno de esos momentos en que el ser humano tiene la oportunidad de sentirse unido y solidario. 

Puede que esa estúpida controversia política en el epicentro de una crisis tan sensible como esta, ayude en cierto modo a mitigar el sentimiento de fragilidad del ser humano, saltar del escenario real al de la ficción, olvidarnos un instante del implacable e invisible virus y regresar a la irreal banalidad de los Torra, su empecinada obstinación en seguir con su particular guerrilla de plástico cuando tratamos de librarnos de una amenaza real. 

Casado y Torra se ponen así al descubierto, demuestran que sus fatuos intereses son muy distintos a los desvelos reales de los ciudadanos y del gobierno del Estado que está llevando la crisis con templanza y firmeza. Lo más difícil es seguir en todo momento el consejo de los expertos, explicar que la guerra va a ser dura, mediar entre las necesarias decisiones reales y el pánico que puede desatarse entre las personas, enfrentarse directamente al avance del virus aunque se deteriore la actividad económica; explicarle a los jóvenes que no deben jugar con su vida ni con la vida de los demás; lo más fácil y abyecto es poner piedras en un camino de espinas demostrando una ruindad humana sin límites.

Estos políticos de medio pelo y la implacable campaña de algunos medios de comunicación, no podrán impedir que muchos y muchas nos atrevamos a decir que nos alegramos de tener ahora mismo un presidente como Pedro Sánchez y a darle las gracias por estar ahí. 

El coronavirus cambiará sin duda muchas cosas y esperemos que arrase también con ciertos comportamientos de políticos indignos como Quim Torra y Pablo Casado.

Gloria Gallas