Quintacolumnistas del coronavirus

Llegaron a nuestras vidas sibilinamente, casi sin que pudiéramos advertirlos. Previamente, nos habían preparado emocionalmente para que los viéramos como una suerte de salvadores.

Machaconamente nos habían repetido aquello de que ‘habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades’ y necesitábamos que nos metieran ‘en cintura’ y eso solo podía hacerlo la derecha, que siempre había sabido gobernar en los malos momentos. Con el tiempo, descubrimos que aquellos malos momentos habían sido falseados y creados ‘ex profeso’ para justificar el regreso al poder de la derecha y que nosotros no éramos el bien a salvar.

En apenas cinco minutos empezaron los recortes, los despidos de decenas de miles de maestros, sanitarios y otros empleados públicos. Cerraron hospitales enteros y privatizaron los de nueva construcción, cerraron centros de salud, urgencias nocturnas en los pueblos  y recortaron el Estado del Bienestar hasta su mínima expresión. Trabajadores públicos y privados perdimos derechos laborales largamente luchados y para evitar nuestras protestas aprobaron leyes antidemocráticas.

Su milagro económico se centró en devaluar los salarios y las pensiones en niveles del 20% para que toda aquella gran masa de capital fuera a manos de bancos y empresas privadas. Rescataron a la gran banca, que aún no ha devuelto el rescate, proporcionaron pingues beneficios a las grandes empresas, que no han repartido dividendos con sus trabajadores -pero si con ellos financiándolos en B-, y redujeron el déficit a base de engordar la deuda pública, que llegó a superar el 100% del PIB. En realidad, su cacareado milagro económico consistió en arruinar a varias generaciones de españoles durante décadas para sanearles las cuentas a los bancos y las empresas del IBEX.

Ahora quieren volver. Después de poner en riesgo a nuestra sanidad, nuestra educación, nuestra dependencia, nuestras pensiones, nuestros servicios básicos… vuelven al olor del coronavirus. Los que causaron miles de muertos entonces (enfermos de hepatitis, dependientes…) son directamente responsables de los muertos de hoy por la falta de hospitales, de camas de UCI, de respiradores, de mascarillas y trajes de seguridad…Lo hacen sin ningún pudor y sin ningún escrúpulo, cosa que no sorprende porque tienen menos vergüenza que formación académica.

Nos engañaron entonces pero no lo conseguirán ahora. España aplica medidas contra la pandemia pensando que la prioridad es salvar vidas de compatriotas (un estudio cifra en más de 20.000 las muertes evitadas aplicando las medidas del estado de alarma), y que la crisis de salud no debe causar víctimas económicas.

Solo cabe un objetivo común: derrotar al virus. Podemos hacerlo unidos, lo que redundaría en beneficio de todos, o podemos hacerlo con la oposición desleal de las derechas, que no solo torpedean las medidas aplicadas por el gobierno -¿conoces alguna medida propuesta por el PP?-, sino que además están llamando a la sociedad a la insubordinación con sus bulos o haciendo proclamas golpistas como VOX.

Estamos a punto de doblegar la curva de contagios, sino lo hemos hecho ya, y el último empujón aprobado por el Gobierno persigue evitar el colapso de las UCIs en la próxima semana (ambas curvas caminan con una semana de diferencia). A partir de entonces veremos la luz al final del túnel.

La respuesta dada por la sociedad española está siendo ejemplar. Nos hemos confinado en casa y nos estamos enfrentando al coronavirus armados de paracetamol, solidaridad y paciencia. También de memoria para recordar mañana quienes estuvieron a la altura que la situación exige y quienes actuaron como quintacolumnistas del coronavirus.    

Plumaroja