Mira que eres canalla

Me muero de placer, y creo que así rindo mi mejor homenaje a Aute, escuchando mientras escribo Mira que eres canalla interpretada por Ismael Serrano. Tuve una novia o quise tenerla hace ya miles de años antes del coronovirus. Íbamos con nuestra guitarra a todas partes, no nos cansábamos de cantar “Hasta mañana” hasta que una mañana ella se fue sin más y casi no he vuelto a verla. Éramos auténticos hijos de la Generación Límite, auténticos y muchas veces ingenuos: ¡le debemos tanto a Aute! De él aprendimos palabras mil veces repetidas como espuma, flores, alba o falda y, aprovechando que pasábamos por allí, descubrimos también el gusto por la poesía y la belleza, la felicidad de compartir canciones y libros con los amigos. Y todo eso sin saber que estábamos haciendo una revolución asintomática que nos dejó preciosas imágenes como la vila morena y sus rojos claveles en los cañones de los fusiles. Aute nos regalaba ideas plasmadas en lienzos que siempre recordaríamos, el rojo sobre el negro, la rosa sobre el asfalto, las rosas en el mar. Poesía, belleza y erotismo, ¿podíamos pedir algo más en aquellos tristes años en blanco y negro?: anda quítate el vestido, las flores y las trampas…y ven a mis brazos, seamos un cuerpo enamorado, quiero que no me abandones, amor mío al alba. De esta forma Aute fue ocupando un sitio a las 4:10 de nuestros corazones, el romántico hasta la médula, el punto filipino que iba desnudo en ascensor y aquella fue la primera vez, tus labios parecían de papel.

A aquella novia que quise tener le dediqué una canción en la que imitaba a Aute como podía. Me dejó por la tarde, la canté por la noche en un festival. Había cambiado “Eres, Teresa” por “Eras, Teresa”, ganó el primer premio pero ella nunca lo supo.

Kimi