La vomitiva carta de Cospedal

Me la envió una amiga con una sola observación: “vomitiva”. A mi me pareció bien pues era señal de que la ex de Castilla-La Mancha se encuentra sana tras su infección por el covid-19, sana y en perfectas condiciones mentales para seguir siendo… la misma. No salía de mi asombro mientras leía su artículo en ABC, titulado "Los españoles".

Mintió, recortó, destruyó. Todos sabemos ya que Cospedal destruyó la sanidad pública con mucha más virulencia en la comunidad de la que fue presidenta. Ahora dice que es momento de reflexionar y eso es lo que hacemos. María Dolores asegura que la sociedad del bienestar estaba “por encima de las posibilidades reales de nuestra economía y de nuestra riqueza nacional”. ¿No lo dirá por ella?, su famoso cigarral en Toledo de más de un millón de euros, su vivienda en Madrid, en fin, no me importa si tiene una casa en Marbella o en Miami. Y aunque a Villarejo le pagaba sus encargos con dinero del PP, Cospedal siempre ha vivido por encima de nuestras posibilidades económicas y de comprensión, porque hay que reconocer que la carta es de traca mental, te rompe si tienes memoria y un poco de decencia.

Dice Cospedal que en el actual Ministerio de Sanidad “no existen responsables competentes, que no han coordinado absolutamente nada”. Puede que eche de menos a José Ignacio Echániz, su consejero de Sanidad que llevó a cabo una traumática gestión con recortes en prestaciones a profesionales sanitarios, trabajadores sociales…Al terminar sus cuatro años de gobierno, el CIS publicó un barómetro en el que la sanidad de CLM era de las peor valoradas de España, “escombros” según dijo el gobierno siguiente que ha debido realizar un descomunal esfuerzo por la reconstrucción. No queremos pensar en nuestra actual situación con Cospedal, Echániz, Rajoy, Esperanza…

Cospedal tampoco está contenta con los medios de comunicación (¿Nacho Villa?), parece que ni siquiera con el medio que le sirve de mensajero a su artículo. Ni con tantos otros medios que cada día ponen a parir como ella al gobierno, utilizando la pandemia con fines políticos. Asegura que la prensa solo hace el papel de “servir al Gobierno como un elemento más del aparato de propaganda en que se ha convertido el ejecutivo… “para así asegurar el mantenimiento en el poder de los que hoy lo ostentan”. De eso, de intentar mantenerse en el poder a toda costa, utilizando sin pudor casi todos los medios de comunicación, también sabe mucho la Cospedal del partido de la Caja B. Tenemos memoria.

Al final de su carta resume que estamos “sin líderes que sirvan de referentes (¿Pablo Casado?), sin conocer realmente lo que está pasando, sin transparencia informativa, con un Gobierno que ha cerrado la democracia y que no admite sino adhesiones inquebrantables a su fatuo, soberbio e incompetente comportamiento”.

Fatua, soberbia e incompetente, Cospedal tuvo que abandonar la política por la puerta de la vergüenza después de intentar acabar con la dignidad de lo público, la sanidad, la educación y los servicios de apoyo a los más necesitados.

Como ella dice: ¡Menos mal que quedan los españoles!

Gloria Gallas