Es tiempo de reconstruir, comienza la "cuenta atrás"

Parece que se empieza a abrir la línea del horizonte. El paisaje que nos pintan es duro, el propio presidente del Gobierno, alertaba de que el país que nos encontraremos, "no será el mismo que dejamos antes de confinarnos", con un escenario en el que miles de empresas se han visto abocadas al cierre, y cientos de miles de empleos se han perdido o están en suspenso, "nos vamos a encontrar con los estragos de una guerra que libramos sin bombas".

Es necesario hacerse a la idea de esta situación para no caer en el desánimo y dirigir nuestra mirada en el sentido contrario. Luchar para sobrevivir con el objetivo de la reconstrucción centrado en el refuerzo del sistema sanitario, pero también el de levantar el nivel que teníamos el ámbito económico y la creación de empleo, sin olvidar el desarrollo de la economía social.

Los más mayores vamos a tener que recordar las historias vividas por nuestros padres y abuelos. Esas que nos contaban y que nos hacían a veces llorar y otras reír mientras pensábamos que eso a nosotros no nos pasaría. Así, con ello en el recuerdo seremos capaces de acercarnos un poco más a la realidad que nos toca vivir, porque como decía Sánchez, "nadie con menos de 90 años ha vivido antes una situación así" y los expertos ya han avisado que "en España no ha habido mayor caída del crecimiento desde la Guerra Civil".

Pero en este caso no hemos vivido una guerra fratricida con el protagonismo de un dictador, sino una Guerra Mundial, con la molestia de algunas "moscas cojoneras" que intentan ganar elecciones a costa del dolor y el sufrimiento de la población. Una población que solo quiere vivir en paz y a la que la política ahora mismo importa poco, porque su prioridad en estos momentos es la vida. No está pendiente de si Casado le lleva la contraria a Sánchez, o si Torra sigue pidiendo la “autodeterminación”. La ciudadanía ahora solo espera soluciones, para poder seguir viviendo. Da igual si estas vienen de un líder naranja, morado, azul o rojo y seguro que agradecerían el acuerdo de colores para formar un arco iris que les saque lo más rápido posible de esta situación.

Una población con los ojos puestos en mañana, intentando mentalizarse de la certeza de lo vivido y de la necesidad de una reconstrucción real. Todo tiene arreglo menos la muerte y todo tiene futuro si hay vida. Dejemos las filosofías baratas para otro  momento. Acallemos a los falsos sanitarios, los falsos economistas y a los falsos políticos y pongamos manos a la obra para dejar un futuro mejor a nuestros hijos y aligerar la carga de nuestros mayores. Ya llegará el tiempo de votar, que es el tiempo de hablar. De momento no se puede perder un minuto en debates "bizantinos" sino que hay que comenzar a desarrollar actitudes bizarras para hacer frente a esta post-guerra, porque hoy comienza la cuenta atrás...

P. Moratilla