DCLM.ES · OPINIONES · Francisco R. Breijo-Márquez
09.10.2015
La danza de Santamaría
Por Francisco R. Breijo-Márquez
Bien seguro que me complacería escribir sobre algo agradable alguna vez en estos diarios, tan queridos. Aunque solo fuera de vez en cuando. Alguna vez. Difícil se me hace. Muy difícil.
En esta ocasión tampoco puedo escribir sobre tema alguno que me convide al jolgorio, a la chanza o, como poco, a un pedazo de sonrisa. Mal que me pese. Y me pesa. Y mucho…
¡Todavía no puedo creerlo!
Me he machacado buscando en varias fuentes, de rigor y credibilidad más o menos fiables, y todas apuntan a lo mismo.
Una especie de Pretensión - legislada, impuesta y consentida – de impedir que los futuros paisanos puedan llegar, si no a Pensar –que es facultad inherente de toda mente predispuesta – si a Discernir.
De impedir la lucidez a la hora de distinguir entre aquello que es justo o inmoral, correcto o arbitrario, necesario o solo conveniente. De distinguir entre aquellos de firmes convicciones de los dados al provecho propio, caiga quien tenga que caer con tal de que no les salpique.
De impedir el esclarecimiento de los intríngulis más oscuros de esta Vida y las acciones de quienes nos la manejan sin tregua y sin otro criterio que el que tenga a bien disponer el carnet que les sustenta y que guardan celosamente en lugar íntimo, por si un día de estos cambian las tornas y ellos tienen que cambiar de foto y de siglas.
De tullir el sublime intento de todo individuo, a conseguir la quimérica meta de alcanzar la verdad en las más altas cotas conseguibles. O arrimarse lo más cerca a la misma.
Sin observación, sin dudas, sin premisas, resulta imposible llegar a conclusión alguna cercana a la certeza; al famoso "ergo".
¿Recuerdan?: «Cogito, ergo sum». Pienso, luego existo".
Por lo que tengo oído y leído, tal aforismo no lo podrán recordar – salvo excepciones venerables-, algunos estudiantes de la ESO. Sencillamente porque no es posible recordar aquello que no se ha conocido; que no ha engendrado una sensación; que no ha parido un sentimiento.
Desde mi infancia - en "parvulitos con babi"- hasta ahora, he pasado por tantos cambios en las leyes educativas en este País que tan lloroso nos contempla , que he de nutrirme en hemerotecas para saber con rigor cuáles son: LGE (Franco en su ocaso) - que fue la que me tocó en suerte -. La LOECE. La LODE. La LOGSE. La LOPEG (en distintas fases de 1990 y 1995). La LOCE. 2002. La LOE, 2006. Y ¡cómo no! la LOMCE, 2013, esa asquerosamente famosa LEY WERT.
Todas en repugnantes siglas. Todas de obligado cumplimiento. Todas hijas de los unos, los otros y hasta los del calimocho. Pero todos ellos con carnet de imprescindible quita y pon según soplen los vientos más benefactores paras sus aspiraciones.
Esta última - LOMCE - siempre me resultó antipática, ahora me resulta infame.
Redundando en renglones previos – pretensión, legislada, impuesta y consentida, de impedir que los futuros paisanos puedan llegar, si no a Pensar –que es facultad inherente de toda mente predispuesta – si a Discernir-, me entero de que Filosofía - ¡FILOSOFÍA! – pasa de ser una disciplina (no tanto impuesta como necesariamente imprescindible) a desaparecer prácticamente. A ser considerada como una "maría" que lo único que consigue es "distraer" (término recalcado por tan insigne personaje en 'sic').
Pierde la condición de obligatoria para convertirse en optativa a lo largo de la primaria, la ESO y el bachillerato. ¡Cualquier cosa!
También otras materias académicas pero que, sin la Filosofía, no acabaríamos de comprender en su magna amplitud.
Para esta especie de comediante filibustero, parece que es mucho más importante no "robar" tiempo en estudio de gilipolleces en pro de otras materias más trascendentales, que -sin quitarles importancia- en nada quedan mermadas por el estudio de Filosofía. Es más…las potencia.
Este ahora embajador de noséqué en Paris, dedujó- y fue apostillado por sus congéneres de carnet- y apostó por potenciar las disciplinas académicas «realmente indispensables» en detrimento de otras que solo sirven para 'distraer' de lo verdaderamente importante: Lengua, Matemáticas Historia y Geografía, (que no son desechables en absoluto, y todos los de mi "quinta" las empollamos hasta la zozobra). En una estúpida apuesta de vencer en "sabiduría" a los "otros de Europa"; o- como poco- quedarse a la par. Esas si que son materias académicas 'duras' que hacen preciso desechar sin contemplaciones a las que consideran 'marías'. ¡La madre del cordero venial!
Ustedes, votantes y defensores acérrimos de tal Ley, ¿son capaces de adivinar qué significa Filosofía? Pues algo tan sencillo como: Amor a la Sabiduría.
Y ¿Amor? - ¡ay señores! -, Amor solo es Literatura si no lo llevas escrito en la piel.
¿Qué Sabiduría se puede alcanzar si no hemos sido adiestrados a amarla? ¿Qué Amor si no está tatuado en el alma?
¿Les explico desde aquí el significado del "Mito de la Caverna" platoniano, que tan al pelo viene en estas disquisiciones? Pues va a ser que no. Que de eso nada.
Si algo desean saber acerca de su sentido - que no tienen ni idea por lo que vislumbro-, tomen ustedes si quieren a esa "maría" - Filosofía…ni más ni menos- y llévensela en paseo corto; puesto que ella pronto les retirará la mano y saldrá espantada corriendo, con tal de no tener tal compaña. ¡Valientes sabios demuestran ustedes ser!
No citaré a todos los héroes, que tanto me enseñaron a Pensar y Discernir. Solo comentarles que, si Sócrates –quien nunca escribió nada en su vida y cuyas profusas citas atribuidas son de sus discípulos, en todo caso (esto va a los citadores feisbuqueros) - levantara la cabeza, pediría una cicuta quíntuple en cualquier tasca esquinera, para engullirla de un trago, cumpliendo con su obligación y abominando de las decisiones que ustedes, mis perspicaces "Sabios", han tenido a bien tomar.
Cuando las gentes carecen de argumentos, tira de excusas; de las que van bien sobradas. Sin dejar en la trastienda las acostumbradas e inexcusables disculpas y perdones, por supuesto.
¡Ah sí: el título del artículo!: … ¡la Danza de Santamaría!, que casi me olvido. Pues que me pareció muy bien, ¡qué quieren que les diga!
Tanto y tan extensos debates serios, minuciosos, concienzudos y falaces sobre la conveniencia o no de la misma, me parece deleznable, peregrino y gratuito.
¿Qué fue electoralista y programado? Y quién coño no lo es cuando están en vísperas. Además que ser electoralista y programado en vísperas es una pura obligación de Partidos y Candidatos a tan goloso premio.
¡Muy bien por la Santamaría!
Prefiero como baila Michelle Obama con mucha diferencia, pero ¡Muy bien por Santamaría!
Mucho mejor que Iceta… ¡dónde va a parar!
Francisco R. Breijo-Márquezhttp://www.linkedin.com/pub/francisco-r-breijo-marquez/24/2b0/15a/
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