La importancia de una buena hidratación cuando juegas al fútbol

Por Kimi

20.06.2022

Llegamos al campo Edu, Lope, Isra, Mola, Cristian, Falete, el Gordi y yo, no, a ver a ver, me falta uno… ¡joder!, el Moca que se iba a poner de portero porque tenía jodida la rodilla desde que en el último partido le soltó un viaje un sudaca y ha estado un par de veces en la fisio, una siciliana que está de puta madre pero que te mete los dedos y ves la Constelación A1689-zD1 que, según dicen ahora, es la más alejada de la Tierra aunque mañana dirán otra cosa, yo lo que diga Pau, mi novia, que hace un mes me dijo, Kimi, el limón en ayunas con agua tibia y vinagre es de puta madre y te previene contra el cáncer porque es muy alcalino aunque, curiosamente, también es ácido pero ácido del bueno que al final te alcaliniza. Bueno, pues llevamos un montón de días ingiriendo la pócima, que nos compramos un exprime limones y ahora dice que le han dicho que eso es una gilipollez y hemos vuelto al café con leche, leche que ya no es sin lactosa, ni de soja, ni semi desnatada. No, ahora, otra vez leche entera: ¿y cuando practicábamos tantra y yo no podía soltarlo porque perdía de golpe todo el yang? Bueno, esa es otra historia, a lo que vamos que estábamos en plena ola de puto calor y llegamos al campo de fútbol, yo muy hidratado como me dijo Pau, con un termo de agua con hielos dentro y crema de protección antimanchas 40. Entonces dijo el Lope, ¡hostias!, aquí alguien se ha dejado la sombra, a ver retírate un poco a ver, vamos a comprobar que no es la tuya. Era la sombra de una persona pegada en la hierba artificial del campo de fútbol: ¡No la pises, joder!, Falete, coño, a ver si va a ser la sombra de alguien. ¿Y de quien va a ser, no te jode? Espera, dije yo, y me fui a por mi botija de agua, una Coleman de dos litros con pitorro extensible y retráctil y se me ocurrió echarle un poco de agua a la puta sombra: ¡salió un dedo!, había regado la sombra de la mano y salió primero un dedo y nos acojonamos, pero seguimos regando y apareció un brazo: ¡coño!, Kimi, sigue echando agua a ver qué pasa, ahí arriba… Y apareció la cabeza de un tipo rubio. Cada uno fue a por su botella de agua y el gilipollas del Gordi dijo que también podíamos mear, a ver qué pasaba: no seas guarro Gordi que esto es algo. 

Gracias, tíos, pensaba que nadie me iba a sacar. Explícate, tío, cómo te llamas, ¿Quién te ha pegado a la hierba? Me llamo Enrique. El jueves pasado vinimos a jugar un partido y no se me ocurrió hidratarme y con el puto sol de los cojones con casi 40 grados me fui aplastando contra el suelo y noté que me estaba quedando pegado al suelo. Escuchaba a mis compis decir, ¿dónde está el Enrique?, yo qué sé, ya sabes cómo es, lo mismo se ha ido, no le gusta nada perder y ha dicho que somos todos unos mantas. Y fue pronunciar la palabra “mantas” y me quedé aquí. Joder, tío ¿y qué tal juegas al fútbol?, porque nos falta uno… Yo juego de puta madre. ¿De qué? De delantero centro. Qué bien, macho, esto ha sido providencial. El cabrón es un crack, metió tres goles y le hemos fichado, le conté a Pau que no se lo podía creer, dijo, esto es una ida de olla, tío, esto es un rollete vuestro, no te jode, una sombra deshidratada, lo que me faltaba… De todas formas, ya te he dicho mil veces que bebas mucha agua cuando hagas deporte en verano, Kimi, y más ahora con el calentamiento global, anda ven aquí golfo.

Kimi