La libreta roja

Por Kimi

12.07.2020

Nadie tan meticuloso como papá. A poco de empezar el confinamiento me envió a comprarle una libreta roja. Cuando nos permitieron salir, empezó a apuntar no solo todos los sitios donde iba sino también todo lo que tocaba precedido por la hora exacta: 9:30 AM, salgo de casa, bajo por las escaleras sin tocar el pasamanos, llego al portal y, con un papel impregnado en loción antiséptica, toco el pomo de la puerta, abro y salgo a la calle; 9:34 AM, supermercado, cojo unos guantes de plástico de una caja, me los pongo, cojo una cesta de plástico por su asa, elijo una barra de pan de maíz envuelta en papel marrón; 9:36 AM, me dirijo a la zona de los congeladores, cojo un paquete de guisantes y reviso la lista de la compra que me ha escrito mi esposa, la toco, acelgas, tomo con los guantes un paquete de acelgas congeladas...papel higiénico, una lata de sardinas picantonas…

En su libreta aparece todo lo que ha tocado en dos meses y todas las personas con las que ha mantenido una conversación incluyendo el tipo de mascarilla que llevaba cada uno.

Luego empezó con la tos y escribió en la libreta: 20:43 PM, tos seca repetitiva, fiebre alta.

Ingresamos a papá hace una semana, parece que ya va mucho mejor. Me llamó por el móvil, me dijo, revisa en mi cuaderno rojo si el martes cometí alguna torpeza, creo que sobre las 11 de la mañana estuve hablando con el vecino del tercero que no llevaba mascarilla. Fui a su mesilla de noche, iba a coger la libreta pero tuve un presentimiento. Llevaba su libreta a todas partes, la dejaba encima de las mesas de las terrazas, en los bancos donde se sentaba. Antes de cogerla me puse unos guantes, sonó el teléfono, era papá otra vez: “Hija, dijo, no cojas la libreta roja, ¿la has cogido? No, papá, yo también me he dado cuenta”.

Papá y yo siempre hemos estado muy unidos, estoy en cuarentena tomando paracetamol, pero de momento me encuentro perfectamente.

Kimi