El mensajero del Bulore de Ravel. Brigada Antinegacionista.

Por El mensajero del Bulore de Ravel. Brigada Antinegacionista.

29.01.2021

Tras mantener varias conversaciones inútiles con una porción de ultras y un grupo de iluminados negacionistas, Marco recibió un haz de luz que le mostró el camino hacia la lideración de un nuevo sínodo, la Congregación del Bulore de Ravel cuyo mensaje él y no otro debería extender por el mundo como la nueva, única y verdadera fuente de revelación. Iluminación, lideración y revelación fueron las tres piedras filosofales de su escolástica basada en la teoría del anti-big-bang o la contracción del único verso que agrupara en un mínimo infinito toda la materia, liberando los arcoíris de los agujeros negros, las moscas de los ojos y los cristalinos de los iris. 

Fue entonces cuando el portavoz único de Bulore se dirigió a un multitud ansiosa de escuchar al nuevo pregonero de la durmiente humanidad:

“Si la vacuna, elaborada con placenta de murciélago macho, nos modifica genéticamente, hermanos de aerreene, os digo que por fin podremos volver a ser inmortales como ya lo fuimos antes de que los ángeles caídos escaparan del tártaro comandados por el anti Bulore de Ravel y entraremos así de nuevo en un paraíso que nos fue arrebatado para que, devastando la piedra bruta construyéramos otro Edén semejante, un vasto proyecto en el que hasta ahora fracasamos, no en vano se trataba de un empeño excesivo para las arquitectónicas fragancias con  las que fuimos perfumados ... Entonces las trompetas anunciarán la llegada del nuevo pancreatorum, viajaremos abducidos en bolsas de cigüeñas, en un azul y eterno retorno migratorio al nido primigenio donde Ella volverá a ser tentada con la manzana, exclamando coqueta con su costilla y la suela roja de su tacón apoyada en el tronco del árbol de la conciencia: ‘Lo siento querida, prefiero los kiwis’. Y así la humanidad se fundirá en un solo abrazo, el todo espirado en la nada de la inocencia’.

Las hordas chillaban febriles ante un discurso superador de la flipada negacionista, muchos perdieron el olfato y el gusto por la discrepancia infinita, aparecieron los chinos con sus improvisados carritos ofreciendo peceeles balatos y en el fin de aquella fiesta todos nos abrazamos y juntos lanzamos al unísono nuestras mascarillas al espacio inexistente, sin atmósfera, sin hidrógeno, sin oxígeno, sin hielo y sin helio.

El sueño de la nada horneaba, por los sigilos de los sigilos, la inquietante semilla de la nueva vida.

El mensajero del Bulore de Ravel. Brigada Antinegacionista.