El mensaje es el mensaje

McLuhan alcanzó la fama como teórico de la comunicación esencialmente por una frase que se ha desarrollado de mil formas porque está sujeta a todo tipo de interpretaciones académicas, en particular de quienes se consideran especulativos y gustan de sentarse en sus cátedras exponiendo sus exégesis. Si ya era suficientemente esquiva y sugerente para ser destripada, “El medio es el mensaje”, se convirtió además en una especie de broma al transformarse en un juego de palabras en “El mensaje es el masaje”. Nada más apropiado que el profesor McLuhan apareciera en la película de Woody Allen “Annie Hall” para afianzar su mensaje en un medio que alimenta a casi todos los sentidos. En la misma línea, el autor de Mach Point y de otras tantas películas maravillosas, acaba de lanzar su biografía y la ha titulado “A propósito de nada” aunque en el interior de esa nada sobrevive un masaje muy claro, probado y contundente: Woody nunca fue un pederasta, nunca abusó de su hija Dylan pero siempre quedará ya en el pensamiento, el mensaje, el masaje y el medio, la mancha y la duda sobre el proceder de un bendito y maldito genio. Es un libro muy divertido. Si les apetece, léanlo y disfruten.

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