¡Ya basta, ya basta!

Otra vez hemos visto bajar las espumas navegando sobre el agua del Tajo a su paso por Toledo. Es la estampa brillante de un río moribundo, agotado que da sus últimas bocanadas ahogadas entre gases y vapores, un manto macilento que viene a enseñarnos la rendición de un río que se nos entregó lleno de vida y que la ambición y la desidia han decidido estrangular sin piedad, sin corazón, sin el alma suficiente para conocer y valorar los regalos de la naturaleza y nuestros legados: ¿eso es lo vamos a dejar a las próximas generaciones? El triste discurrir de un Tajo contaminado, agredido, degradado, es la imagen que deben proyectar sobre su conciencia quienes esquilman el agua para sus negocios, quienes colaboran con este execrable crimen contra una sustancia vital para la vida sobre el planeta como la sangre que circula por nuestras venas .

Dicen algunos especialistas que de seguir así, sin depuración en Madrid y con los trasvases a Levante, el Tajo desaparecerá en cinco años a su paso por Toledo y Talavera. El actual Gobierno de Castilla-La Mancha ha interpuesto ya más de 20 recursos judiciales, contra los trasvases pero los regantes de las huertas murcianas son quienes mandan sobre el Tajo y siguen exigiendo más y más trasfusiones, ya basta, ya basta.

elObservadorDCLM